Con un bajísimo perfil, tanto en promoción como en cobertura mediática, esta semana se realizó Bicexpo, que vendría a ser como una variante de Expocomm (de hecho fue uno de los realizadores del evento). La diferencia está en que mostró un tinte mucho más gubernamental que privado, a juzgar por los oradores del congreso, donde abundaron los funcionarios públicos locales así como algunos del exterior, a pesar del apoyo de las principales cámaras empresarias del sector.
Varias cosas llamaron la atención. La primera, fue la cuasi nula difusión del evento. Siendo que los realizadores del mismo son los mismos que históricamente llevaron adelante Expocomm, en esta ocasión no hubo publicidad ni promoción razonablemente visible. Y la promoción es clave para el éxito de este tipo de eventos. Salvo que el éxito se mida con otra vara.
La segunda, quizás consecuencia de la primera o no, fue la bajísima cobertura mediática. Más allá de los media partners que estos eventos suelen tener, y que fueron todos medios especializados, prácticamente no hubo ninguna repercusión en los medios masivos. De hecho, las búsquedas en Google News de la palabra “Bicexpo” arrojaban poquísimos resultados.
Finalmente, a pesar de su participación como sponsors y expositores, llamó la atención que no hubiera ningún panel de CEOs, que suelen ser los que más atracción concentran, tanto en el evento como en los medios. Y en momentos como éste, donde las telecomunicaciones son un tema álgido de discusión, hubiera sido más que interesante conocer su visión.
En definitiva, un evento con un perfil interesante aunque incompleto que, como las conversaciones secretas entre Maxwell Smart y su jefe, se realizó bajo el cono del silencio…