Acampando en la cima

Esta semana, caracterizada por los vaivenes de las bolsas mundiales, tuvo una particularidad para la industria tecnológica: Apple alcanzó el primer lugar como la empresa de mayor valuación bursátil. La volatilidad que registraron los mercados en los últimos días fue tal, que no hay forma de prever si para cuando estas líneas sean leídas la situación será la misma. No obstante, el mero hecho de que Apple haya llegado a esta posición merece la atención.
Por lo pronto las aguas parecen divididas entre quienes creen que la empresa está allí por mérito propio y que llegó para quedarse frente a quienes sostienen que en cuando las aguas se calmen, las cosas volverán a su lugar.
Quienes creen que Apple está allí por mérito propio tienen sus argumentos. En un período de 15 años (desde que su fundador, Steve Jobs volvió a la empresa que lo había “despedido”), pasó de estar cerca de la bancarrota a ser una de las estrellas del mercado bursátil. En líneas generales, su posición actual es sin dudas un reflejo de la creciente influencia de la industria tecnológica en la economía global. En una visión más particular, su liderazgo refleja el cambio de las eras en la industria tecnológica. Primero fue IBM cuando las computadoras eran territorio exclusivo de las empresas. Luego fue Microsoft, cuando la computadora se hizo personal y se masificó. Más tarde fue Google, reflejando la revolución que introdujo Internet. Ahora es Apple, cuando ese mundo de tecnología personal y conectada se hizo móvil.
No faltará quien afirme, con algo de razón, que la posición relativa actual de Apple es también consecuencia de la caída en el precio del petróleo (lo que afectó a la petrolera Exxon y la desbancó del primer lugar). Pero tampoco hay que olvidar que el mes pasado Apple mostró impresionantes resultados trimestrales, con un aumento de sus ingresos del 82%, al tiempo que marcaba que la empresa cuenta con más efectivo que el mismísimo gobierno de los EE.UU.
No obstante, también hay que ser cautos. No es la primera vez que una empresa tecnológica alcanza la cima mundial de la valuación bursátil. Fue en marzo de 2000, momentos en que la burbuja tecnológica se aprestaba a estallar, cuando Cisco alcanzó una valuación de US$ 500 mil millones. Trazando paralelismos, hoy se discute si estamos en presencia de una nueva burbuja tecnológica, aunque ciertamente no con las características de aquella.
Por otra parte, conviene recordar que los liderazgos en la industria tecnológica son con fecha de vencimiento. Y en líneas generales, cuando se está en la cima, lo más probable es que sólo quede el camino descendente. O, visto de otra forma, más difícil que llegar es mantenerse.
Si hay que hacerle caso a las grandes máximas de los expertos en materia bursátil, parece ser el momento de vender acciones de Apple (quien las tenga, obvio). Por aquello de “vender cuando está alto y comprar cuando está bajo”.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

Your sidebar area is currently empty. Hurry up and add some widgets.