Curándose en salud

Esto es lo que parece estar haciendo Telefónica a nivel global con el anuncio esta semana de su reorganización. Básicamente, el operador lo hará en base a dos ejes: uno geográfico y el otro funcional.
Por el lado geográfico, desaparece Telefónica de España como unidad independiente para pasar a formar parte de Telefónica Europa. Hasta ahora, esta última manejaba los activos adquiridos a O2 en 2006 e incluía las operaciones del Reino Unido, Irlanda, Alemania, Eslovaquia y República Checa. Con la incorporación de las operaciones de España bajo el paraguas de Europa, se diluye para ésta el peso de los problemas económicos de aquél país (que hoy tiene el más alto índice de desempleo de la Unión Europea). Por otra parte, se trata de un paso más en su internacionalización, no ya a nivel operaciones sino también a nivel de management y, por qué no, de decisiones estratégicas.
Por el lado funcional, se crean dos nuevas unidades. Una es Recursos Globales, que se enfocará en potenciar los beneficios de la escala del operador, buscando garantizar la rentabilidad y sostenibilidad del negocio. Su objetivo entonces es el de acelerar la transformación hacia una compañía íntegramente global. Dato de color chauvinista: esta unidad será dirigida por el argentino Guillermo Ansaldo.
La otra unidad es Telefónica Digital que manejará los negocios no estrictamente de operador pero en los cuales Telefónica viene invirtiendo desde hace varios años. Esta unidad se enfocará en el desarrollo de los negocios no tradicionales como contenidos, publicidad, servicios financieros, servicios en la nube y otros. Básicamente, productos y servicios con el potencial de ser OTT. Si bien éstos tienen un gran potencial, no son fáciles. Aquí, Telefónica competirá con pesos pesados de Internet. No obstante, la separación operativa permitirá que la empresa desarrolle su actividad tradicional y medular (las telecomunicaciones) sin verse afectada por la implementación de modelos de negocios típicamente de Internet, que tienen una dinámica totalmente distinta. La misma tendrá base en Londres, reforzando la internacionalización del grupo, aunque con sedes también en otras grandes ciudades del mundo.
No son estos momentos fáciles (particularmente en Europa) y lo que Telefónica hace es tomar acciones preventivas: deshipanizarse, potenciar sus economías de escala y dar espacio propio a los nuevos negocios. Mínimamente, hay que reconocer que tomando la iniciativa resguarda su capacidad de maniobra. Después, habrá que ver si fue una movida en la dirección indicada. Pareciera que sí.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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