El vaso medio lleno

Varios años de bonanza, donde el crecimiento económico, las mejoras salariales y el crédito hicieron que el consumo de electrónicos alcanzara niveles extraordinarios, no impiden que ahora, con un escenario distinto, las dudas respecto de cómo será el 2012 se multipliquen. Motivos no faltan: complejo escenario internacional que afecta a nuestros principales clientes, tarifas ajustadas a la realidad que impactarán sin duda en el ingreso disponible, inflación persistente. Un cóctel que, si bien no llega a desanimar, sí plantea nubarrones sobre la cabeza de ejecutivos de la industria. Aún cuando no hay un panorama preciso de lo que sucederá a nivel macro, el contexto parece indicar que el impacto será menos negativo en la industria electrónica (celulares, computadoras, TV) y, en algunos casos, en las vinculadas (redes). Esto responde a varios factores.
Con diferencias entre sí, los electrónicos son evidentemente los productos del momento. A la cabeza, los celulares. Son mucho más que dispositivos para hablar y mensajear. En su evolución hacia smartphones, pasando por los socialphones (26% y 33% del total de ventas del 2011 respectivamente), se están convirtiendo en dispositivos de pertenencia y entretenimiento, aumentando su valor para el usuario. Esto impulsa el notable proceso de renovación de terminales que experimenta el sector de las telecomunicaciones móviles. En computadoras, la portabilidad y el uso personal vienen impulsando su crecimiento aunque su formato va diversificándose. Los televisores, con sus mejoras de imagen, la reducción de su tamaño y su incipiente transformación hacia una computadora, también tienen un escenario favorable.
Pero habrá además razones económicas para que los electrónicos se defiendan mejor que otros productos. A pesar de la amplia participación de la producción local de los mismos, la misma está basada en el ensamble de componentes importados cuyo precio está basado en dólares. La revaluación del peso frente al dólar (dicho de otro modo, el dólar barato), harán que los electrónicos se vuelvan más accesibles en términos relativos que otros bienes de la economía local. Además, habrá que sumarle la natural tendencia a bajar de precio, tradicional en esta industria.
Quizás el panorama se complique un poco más para quienes proveen servicios asociados a estos electrónicos, ya que con un presupuesto presionado por alzas importantes en el gasto en servicios públicos habrá más reticencia a comprometerse con gastos fijos más elevados en ciertos casos. Aquí entonces pesará la habilidad de operadores móviles, de banda ancha fija y de TV paga para diseñar productos que permitan aprovechar las bondades de los modernos dispositivos aunque conviviendo con cinturones más ajustados.
En definitiva, quizás el 2012 no sea un camino de flores. Pero también hay margen como para poder atravesarlo sin mayores sobresaltos.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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