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El anuncio esta semana de la compra de Instagram por parte de Facebook por US$ 1 mil millones sacudió los medios tecnológicos y financieros. Siendo que se trata de un startup que aún no generó ingresos, no faltó la sensación de déjà vu.

Instagram es una aplicación para celulares que permite tomar fotos, editarlas y subirlas a distintas redes sociales (incluida la propia). Hasta hace pocos días sólo estaba disponible para iPhone, y acaba de sumar a Android. Su atractivo ya le trajo unos 30 millones de usuarios. Visto así, cada uno le habría costado a Facebook unos US$ 33. Así y todo, su precio suena excesivo si se tiene en cuenta que, una semana antes de la venta a Facebook, había realizado una ronda de financiación que la valuaba en US$ 500 millones. ¿Por qué Facebook pagó el doble tan sólo una semana después?

Instagram responde a las dos grandes tendencias del momento: la movilidad y la socialización. Así, estaría alineada con lo que Facebook es y con lo que pretende. Es una red social donde gran parte del material que se comparte son fotos, y una aplicación que simplifica este proceso intensificaría su uso. De sus más de 800 millones de usuarios, la mitad ya accede a ésta desde sus celulares, o sea más de 400 millones de personas, cifra importante si las hay. No obstante, a pesar de su enorme popularidad, Facebook aún no encontró la forma de rentabilizar su canal móvil. Por ahora, tampoco es evidente que vaya a lograrlo comprando una empresa sin ingresos, pero algo en mente seguramente tendrán.

Por otra parte, también puede aducir razones de competencia. Al adquirir Instagram, Facebook se queda con una “joyita” que podría haber ido a parar a manos de algunos de sus competidores, como Google, Twitter y hasta Microsoft o Apple (varios de éstos con importantes sumas de efectivo en sus arcas). Además, quizás Facebook no quiera repetir el error de Yahoo, quien por la misma suma que hoy pagaron por Instagram, no cerró la compra de la red social en el 2006.

Hay otro elemento que jugaría a favor de Facebook. En el momento del anuncio, se dijo que la compra se hacía en efectivo y acciones de Facebook, aunque no se explicitó cuánto en cada caso. Así, parte del “sobreprecio” esté financiado por las ya potenciadas acciones de la reina de las redes sociales.

Un último factor que justifica parcialmente el bonus, bien señalado por The New Yorker, es que Instagram, a diferencia de Facebook, tiene una versión en chino y permite subir fotos en una red social china. O sea, tiene un pie en ese inmenso mercado del cual muchos aspiran a participar pero no todos pueden. Sería algo así como un Caballo de Troya moderno.

Todo por el 1% de la actual valuación de Facebook, estimada en US$ 100 mil millones… ¿una bicoca? (ortodoxos de las valuaciones abstenerse).

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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