La semana pasada, en el marco del evento BB Jam Americas que convocó a desarrolladores para Blackberry, tuvimos oportunidad de participar en forma paralela en una serie de reuniones con los máximos directivos de RIM como parte de su programa para analistas. Si bien mucho de lo que allí se habló no puede ser publicado (debido a los acuerdos de no divulgación o NDA), hubo bastante información pública que permite conocer el estado real de la empresa así como inferir lo que se viene.
Nadie ignora que la empresa atraviesa una etapa de transición compleja, resultado de errores propios así como de un mercado cada vez más competitivo. La empresa se encuentra en plena reconversión, tanto desde el punto de vista tecnológico (con su anunciada migración hacia una nueva plataforma de software) como organizacional.
Desde la perspectiva tecnológica, RIM apuesta su suerte al éxito de su nuevo sistema operativo, bautizado como BB 10. No se trata de un simple upgrade del BB OS actual sino de un cambio completo de plataforma. Su lanzamiento comercial fue anunciado para el Q1 del 2013 y de acuerdo a lo visto y dicho, podría ser más precisamente para febrero del año próximo. Por lo que se pudo ver tanto en la demostración on stage así como por lo poco que tuvimos oportunidad de “juguetear” con los equipos que verán la luz (y que no son los mismos con los que cuentan actualmente quienes están desarrollando aplicaciones) se trata de una propuesta interesante.
Este sistema operativo es conceptualmente distinto del paradigma del desktop utilizado por iOS y Android. Mientras que éstos pueden ser considerados como sistemas operativos de transición entre un mundo PC a otro móvil (basándose en un grid de aplicaciones a las que se accede vía ícono en la pantalla inicial), el BB 10 rompe con esta convención, haciendo que las aplicaciones se integren y fluyan entre sí, dejando atrás el clásico “click en ícono, entrar a aplicación, volver a la home, clíck en ícono, entrar a otra aplicación” a los que hoy estamos acostumbrados. Por otra parte, al proponer equipos sin botón de “home” las distintas acciones se realizan en base a gestos (algo ya visto en su tablet Playbook, aunque con gestos distintos). Como una imagen vale más que mil palabras, a los curiosos respecto del BB 10 les recomendamos ver esta serie de videos (están en español).
Estos cambios de paradigma y de interfaz son atractivos y parecen respetar más la forma de actuar y de pensar de las personas. Sin embargo, pueden tener como efecto que el usuario se sienta confundido inicialmente, ya que no responde fielmente a lo conocido. Queda por delante entonces un fuerte trabajo de evangelización por parte de RIM para lograr que esto sea un atractivo y no un escollo.
Otro factor interesante es que, fiel a su fortaleza en los ámbitos laborales así como respondiendo a la tendencia del BYOD (Bring You Own Device o el hecho de que los trabajadores utilicen sus celulares personales para trabajar), el BB 10 permite tener, vía software, dos equipos en uno, separando claramente lo personal de lo laboral en caso de ser necesario, inclusive con dos tiendas de aplicaciones independientes.
Por el lado organizacional, RIM también se encuentra en una transición. A la designación de un nuevo CEO en enero de este año (que además de un nuevo nombre significó contar con una sola persona en esa posición y no dos como en el pasado) le siguieron varios cambios en la cúpula de la empresa (CMO, COO, CLO, entre otros). Los números mostraban importantes pérdidas de participación en los mercados desarrollados (con EE.UU. a la cabeza), caídas en los volúmenes de ventas y resultados negativos. En consecuencia, los despidos y recortes como parte de un plan de reconversión y de contención de las pérdidas de efectivo terminaron siendo medidas que, aunque dolorosas, no sorprendieron a nadie.
Al cabo de unos meses, el operativo “contención” comenzó a dar sus frutos, con RIM revirtiendo la tendencia en el anuncio de sus resultados para su segundo cuarto del año fiscal la semana pasada. No sólo logró subir 2% sus ingresos respecto del trimestre anterior, sino que su base instalada de usuarios creció en 2 millones para alcanzar los 80 millones (hay que recordar que RIM es el único fabricante que recibe un ingreso mensual por el uso de sus servicios de red por parte de los operadores). Así sorprendió a los analistas financieros que esperaban resultados más negativos, lo que podría indicar las dificultades de éstos para estimar lo que sucede en mercados emergentes, en muchos de los cuales el rendimiento de RIM sigue siendo muy positivo. Esto significó un cambio en el humor de los inversores que hizo que las acciones de RIM subieran un 30% en la semana posterior a la presentación de los resultados (aunque partiendo de un piso bajo).
Por supuesto, los avances en el control de la hemorragia no equivalen al éxito futuro. Son una condición necesaria, pero no suficiente. La empresa se encuentra hoy haciendo equilibrio entre la excitación que le produce el lanzamiento de su nueva plataforma con los dolorosos ahorros necesarios para llegar con oxígeno financiero a este momento.
¿Qué se puede esperar a futuro? Ciertamente, RIM no la tiene fácil. Por el lado de su entorno, el mercado de smartphones, con todo su crecimiento actual y potencial, presenta una competencia dura. Muy pocos fabricantes están ganando dinero (la mayor parte de los beneficios se los llevan Apple y Samsung). Existen dos plataformas claramente establecidas como Android y iOS. Y por el lado del low end se comienza a sentir la presión de los fabricantes chinos montados sobre Android.
Internamente, RIM está ante una apuesta al todo o nada. Conscientes de esta situación decisiva, no dudaron en postergar el lanzamiento de su nueva plataforma de forma tal de que sea sólida al momento de ver la luz comercialmente. No hay margen para el error. Su BB10 deberá ser cómo mínimo medianamente exitoso. En principio éste parece contar con el potencial de serlo y RIM cuenta con la ventaja de una base instalada no desdeñable. Por esto mismo es que el BB 10 deberá inicialmente lograr ser aceptado por los propios usuarios de Blackberry, de forma tal de poder revertir la tendencia a la caída en las ventas de los últimos tiempos. Éstas, por otro lado, han sido un factor que influyó para que disminuyeran sus reservas de efectivo, el cual necesitará ahora más que nunca, entre los costos de los recortes que aún quedan por delante y los gastos asociados al lanzamiento de su nueva plataforma.
No obstante, por más exitoso que resulte su BB 10, RIM no estará en condiciones de competir de igual a igual ni con Apple ni con Google. Al menos por un tiempo. Ambos tienen posiciones muy consolidadas y enormes recursos de efectivo. Pero sí tiene chances de ser un duro contendiente por el tan preciado 3º ecosistema, donde deberá enfrentar principalmente a Microsoft y su WP 8. Peleará con una empresa con amplios recursos financieros y un producto que recibió buenas críticas aunque no tan buena recepción en el mercado. Ahí, RIM puede dar pelea. Por ahora, vela las armas, preparándose para la madre de todas las batallas.