Hace mucho tiempo que se viene trabajando en la industria en el ámbito de los pagos móviles. Ya hacia el año 2000/2001 en Argentina Movicom había puesto, a modo de prueba, una expendedora de gaseosas en sus centros de atención al cliente que permitía adquirir una mediante el envío de códigos específicos desde el celular. Si bien pasaron más de 10 años desde aquél entonces, todavía no hay en el país un sistema de pagos desde el celular difundido. A pesar de estas limitaciones por parte de la oferta, la demanda se encuentra lista y receptiva, con aproximadamente 1 de cada 3 usuarios de teléfonos móviles predispuestos a usarlos para realizar distintos tipos de pagos. Esto surge del informe “Telefonía móvil – segmento individuos – 2012 ” recientemente publicado por Carrier y Asociados.
Sin dudas, la popularización de las tarjetas de pago electrónico para el transporte, como es el caso de la SUBE en el AMBA, tiene como consecuencia una mayor permeabilidad a la utilización del celular como medio de pago. Esto es así porque instalaron el concepto de pagar sin necesidad de efectivo ni de cuenta bancaria. Un 32% de los usuarios ve con buenos ojos la utilización de este dispositivo como forma de abonar el transporte público, característica que es más valorada en la medida en que desciende la edad del usuario. También es más relevante entre los habitantes del AMBA que de ciudades del Interior.
En esta misma línea, un 37% se muestra a favor de la utilización del celular como medio de pago más amplio, sustituyendo a las tarjetas de débito o crédito. Nuevamente, los segmentos adolescentes y jóvenes aparecen como más permeables a esta propuesta, evidenciando la relevancia del factor generacional para los usos menos convencionales de la tecnología.
Entre quienes ven el pago desde los celulares positivamente, las principales ventajas asociadas están en la facilitación del pago y el ahorro de tiempo (nuevamente, los segmentos más jóvenes a la cabeza) así como una mayor comodidad respecto del uso de efectivo.