Una de las grandes preocupaciones que surgen del mundo digital es que como usuarios dejamos rastros de nuestros derroteros por todos lados: en los dispositivos, en las redes y en los servicios utilizados. Por supuesto, esto genera inquietud, sobre todo entre los defensores de la privacidad y en momentos en que los gobiernos (de todo signo) se ven cada vez más tentados a espiar qué es lo que hacen sus ciudadanos (generalmente bajo la excusa de la seguridad nacional). Es comprensible: está todo ahí. Pero también esta información, cuando no se utiliza para identificar individualmente sino para usarla en forma agregada, puede ser de mucha utilidad y surge como un potencial negocio alternativo, principalmente en el caso de los operadores móviles. Y lo curioso es que esta semana se produjeron 3 noticias a nivel internacional que dan cuenta de esto.
En algunos casos, esta información puede ser de beneficio público, como es el caso de la francesa SFR que utiliza servicios basados en la localización (LBS) para aumentar las donaciones de sangre, mejorar la infraestructura de transporte o combatir el crimen. En otros, puede ser más polémico, como es el caso de Verizon en los EE.UU. que utiliza esta información para generar un producto orientado a los marketineros (aunque no sin controversia por lo “profundo” de sus datos). Pero quien mejor resumió esto fue un ejecutivo de Sprint quien llegó a afirmar que las telcos podrían vivir únicamente de los datos generados por sus usuarios. No obstante, aclaró que es una oportunidad de tiempo limitado, ya que los proveedores OTT podrían quedarse con este negocio si los operadores no reaccionan a tiempo.
En momentos en que la evolución de la industria se esfuerza cada vez más en condenar a los operadores móviles a su aparentemente inevitable destino de ser dumb pipes, las ingentes cantidades de información que generan y registran asoman como una oportunidad que no están dispuestos a dejar escapar. Un tema que, por otra parte, tendrá muy ocupados a los reguladores responsables.