Finalmente, luego de meses de expectativa, la semana pasada se lanzó oficialmente el Windows Phone 8, cuyo éxito será clave para el futuro de Nokia luego de que ésta decidiera apostar completamente su estrategia de smartphones a la plataforma móvil de Microsoft. Desde Finlandia prenden velas para que este lanzamiento permita una recuperación definitiva de su negocio de smartphones.
Si bien Nokia no es el único fabricante que optó por Windows Phone, sí es el único que apuesta exclusivamente a esta plataforma. Por el momento, los resultados fueron tibios, vendiendo casi 10 millones de Lumia, cifra que impresiona pero que empalidece frente a los más de 100 millones de iPhone y otros tantos smartphones de Samsung en igual período. Pero esto fue con el WP7, por lo que el WP8 será la plataforma clave para determinar si sale de esta tibieza para convertirse en un jugador de peso. Caso contrario, Nokia quedaría seriamente comprometida.
La situación de Nokia es muy distinta a la de Microsoft. Ésta puede darse el lujo de que WP8 despegue lentamente ya que cuenta con suficientes reservas y diversidad de negocios. Pero no es el caso de Nokia. Varios trimestres negativos seguidos fueron limitando sus disponibilidades, al punto tal de evaluar emitir un bono por unos US$ mil millones. Y si el combo Nokia-WP8 no resulta lo exitoso que debiera, el negocio de los no smartphones no alcanzaría para pagar la cuenta. El escenario hoy es complicado. En términos de share en el mercado mundial de smartphones, Nokia abandonó el top 5, compuesto hoy por los líderes Samsung y Apple, una RIM en transición pero peleando y los ascendentes ZTE y Huawei. Nokia formó parte de este grupo los últimos 8 años.
Estratégicamente, Nokia enfrenta dos puntos débiles, vinculados entre sí. La primera es que apostó por la característica más comoditizada del negocio de los celulares: el hardware. La segunda, que para todo lo demás no depende de sí misma. Desde el punto de vista del hardware, los celulares se parecen cada vez más entre sí, no sólo en su formato (inspirado en el iPhone) sino también en sus especificaciones. Hoy la diferencia viene más por el lado del software y los servicios asociados. Y en el caso de Nokia, ambas facetas están hoy prácticamente por completo en manos de Microsoft. Así, perdió margen de acción, un factor importantísimo en cualquier guerra.
En este cuadro estratégico, y mientras pierde posiciones, Nokia necesita un cambio brusco en su suerte. Los próximos 6 meses serán cruciales.