Operadores virtuales, problemas reales

Esta semana, el medio especializado Convergencia publicó una nota en la que afirma que el operador móvil virtual Virgin, con operaciones en otros países de la región como Brasil, Chile y Colombia, habría congelado sus intenciones de operar en Argentina. En la misma se recuerda que Virgin solicitó una licencia para operar hace casi 2 años pero sin resultados a la vista. Cabe recordar que como operador virtual, Virgin no necesita espectro ni red, aunque sí una licencia que lo habilite a operar. Habilitación que no llega.
¿Alcanzaría con una licencia para que Virgin comience a operar en el país? Probablemente no. Es una condición necesaria pero no suficiente. Obviamente que otra condición es lograr un acuerdo con alguno de los operadores actuales (Claro, Movistar o Personal) para poder usar su espectro e infraestructura de red. Pero aquí surge un par de limitantes. Por un lado, los operadores actuales no están obligados por la regulación a aceptar acuerdos con operadores virtuales. Y en un contexto con escasez de espectro e infraestructuras superadas por la demanda, ceder parte de su capacidad a un tercero no es una opción atractiva. Al menos no a un precio competitivo.
Esta situación abre nuevamente el camino a las especulaciones respecto de cuál será el modelo definitivo que seguirá Libre.ar, el brazo móvil de Arsat, que permita que el Estado dinamice un sector que lenta pero inexorablemente se va complicando.
Cuando se anunció que Arsat se haría con el espectro para 2 y 3G que devolvió Movistar, se habló de un modelo mayorista, donde la empresa estatal pondría la infraestructura de red y espectro para que otros operadores de telecomunicaciones (cooperativas, ISP, cableras) pudieran agregar servicios móviles a su oferta. El entusiasmo era tal que a fines del año pasado varios de los posibles beneficiados proyectaban comenzar a ofrecer servicios móviles en el primer trimestre de este año. No obstante, los hechos parecen demostrar que estas expectativas eran demasiado optimistas.
Por el momento, apenas si hay algunas declaraciones que permiten especular. Esta semana, el Ministro de Planificación expresó que “se va a hacer una administración estratégica para garantizar el acceso de todos los prestadores interesados en igualdad de condiciones”. Y agrego que “el Gobierno nacional va a aumentar la competencia”, especificando que “estamos trabajando en el esquema de explotación, seguramente con una fuerte presencia de Ar-Sat”.
Las declaraciones permiten inferir que se está trabajando en un modelo donde Arsat jugará un rol central, probablemente como proveedor de infraestructura. El hecho de “garantizar acceso a todos los prestadores” así como “aumentar la competencia” hace vislumbrar en un esquema mayorista que habilite a otros operadores a ofrecer servicios sobre la red de Arsat. Esto no impediría que Libre.ar también ofreciera servicios directamente al consumidor.
Claro que la pregunta que surge es si habrá espacio también en el futuro, léase 4G, para redes alternativas privadas, como es el caso de los operadores actuales. O si, por el contrario, Arsat desplegará una única red mayorista y los operadores actuales podrán subirse a ésta bajo un modelo de operador virtual. O, quizás un punto intermedio, se permitirá la existencia de redes privadas pero con la condición de compartir infraestructura entre operadores, una tendencia creciente en la industria móvil, que permite bajar costos y acelerar despliegues.
El futuro puede traer distintos modelos de operación de redes móviles. Pero volviendo al punto inicial, hará falta más dinamismo en la entrega de licencias para operar si lo que se busca es incentivar la competencia. Y de paso, atraer inversiones. No obstante, por ahora sólo queda jugar al “What if” usando como insumos declaraciones periodísticas. Es lo que hay.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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