A pesar de no estar difundida la posibilidad de realizar pagos con el celular, la popularidad de tarjetas que funcionan como monederos electrónicos (como la tarjeta SUBE) ha dado un fuerte impulso al atractivo de los pagos móviles. La comodidad de prescindir de billetes y monedas combinada con el hecho de que el celular forma parte de los elementos poco proclives a ser olvidados en el hogar, hacen que el concepto del celular como medio de pago para el transporte público resulte atractivo para el 54% de los usuarios. Esto representa 22 puntos más que un año atrás cuando apenas el 32% se mostraba interesado. Los datos surgen del informe “Telefonía móvil – segmento individuos – 2013 ” recientemente realizado por Carrier y Asociados.
Como suele ocurrir con todos los conceptos tecnológicos en sus etapas iniciales, los más permeables a la adopción del celular como medio de pago son los segmentos más jóvenes, donde 2 de cada 3 ven con buenos ojos esta posibilidad. No obstante, no hay diferencias significativas por NSE (Nivel Socio Económico), lo que marca que es más relevante el factor generacional que el socioeconómico.
Siempre dentro del concepto del celular como dispositivo para transacciones, por detrás se ubica su uso como sustituto de una tarjeta de débito o crédito, lo que interesa al 41% de los usuarios. Naturalmente, se repite la tendencia a resultar más atractivo a los segmentos más jóvenes aunque en este caso también se observan diferencias por NSE, con porcentajes que disminuyen en los segmentos más bajos, generalmente menos bancarizados. También es mayor la aceptación entre hombres (47%) que entre mujeres (37%).
Si bien siempre hay una brecha entre lo atractivo de un concepto y su adopción inmediata al momento de materializarse, la tendencia marca que el mercado ya está alcanzando la madurez necesaria como para abrazar nuevas formas de pago. Claro que no alcanza con el logro tecnológico. Debe ser acompañado por la implementación. Y, como reza el dicho, el diablo está en los detalles.