Capeando la transición

No es ninguna novedad que los últimos tiempos han sido negativos para Blackberry. Su plataforma más moderna, el BB10, no tuvo el éxito de ventas esperado y hoy el grueso de los ingresos sigue proviniendo de la plataforma tradicional, el BB OS7. Esto impactó fuertemente su negocio de hardware (los terminales) a lo que se sumó que la empresa tomó la decisión estratégica de poner el foco a largo plazo en los negocios de mayor potencial de crecimiento: el software, los servicios y la mensajería. Así, Blackberry tiene que tener la vista en el futuro pero sin descuidar en paralelo al presente que lo depositará en aquél.
En este contexto, llamó la atención el anuncio de reflotar hardware de generación anterior como es el Bold 9900, para varios el mejor dispositivo de la vieja guardia. Muchos ven a este movimiento como un paso hacia atrás en momentos que todos los cartuchos debieran estar puestos en los objetivos hacia adelante. No obstante, para alcanzarlos Blackberry debe sobrevivir y para ello necesita la facturación que los equipos tradicionales todavía le dan. Buscando una evolución menos disruptiva contra su propia base de usuarios (como fue el caso del Z10), reflotar el Blackberry tradicional servirá de transición hacia un nuevo modelo de Bold anunciado para este año. El mismo mantendrá las características físicas del 9900 pero corriendo sobre el más moderno y estratégico BB10. De hecho, el CEO de la compañía dejó en claro que este retorno a las fuentes no debe interpretarse como giro completo de 180 grados. El hardware (los terminales) serán parte del negocio por al menos los próximos 2 años, para nadie arriesga predecir qué sucederá después.
De hecho, los recortes de personal (y otros costos) que está llevando a cabo la empresa alcanzaron a áreas otrora estratégicas, como el grupo de tecnología inalámbrica. El actual modelo de la compañía pasa por dejar de desarrollar ciertas tecnologías que ya están integradas en los más modernos chipsets estándares de los cuales se abastece toda la industria. Una forma inteligente de bajar costos, más aún cuando la estrategia ya no pasa por el hardware.
Esta es la filosofía detrás de su último lanzamiento, el Z3, un equipo moderno pero de precio accesible, construido con componentes estándares de la industria, destinado inicialmente al mercado de Indonesia pero que será un primer ingreso en el segmento de smartphones de precio por debajo de los US$ 200. Por sus características se evalúa la posibilidad de lanzarlo en Argentina antes de fin de este año. El mismo no lo fabricará la empresa canadiense sino la taiwanesa Foxconn. Lo hará bajo un modelo de ODM (fabricante que diseña y fabrica para terceros) y no ya de OEM (fabricante que sólo fabrica en base a un diseño de terceros). La diferencia es clave: Blackberry aspira a desarrollar la plataforma para que terceros con mayor capacidad industrial diseñen y fabriquen los equipos. Así las cosas, la continuidad de la disponibilidad de equipos para la plataforma BB10 dependerá cada vez más del atractivo que ésta pueda generar para que otros fabricantes de hardware la adopten, sea bajo la marca Blackberry (como será el caso del Z3) o, por qué no, bajo otras marcas.
En resumen, Blackberry apunta sus cañones al software. Pero mientras se produce esta transición, la empresa canadiense alimentará sus arcas con la producción de equipos de tecnología anterior pero aún demandada. Como decía el quíntuple campeón mundial de F1, Juan Manuel Fangio, “para ganar, primero hay que llegar”. En eso está Blackberry. Y para llegar al largo plazo, no hay que descuidar el corto. No obstante esto, es una decisión arriesgada de la cual sólo el tiempo dará su veredicto.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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