Repensando la neutralidad

Casi desde los inicios de la Internet comercial se habló de la neutralidad de la red, un principio que busca determinar el tratamiento del tráfico que circula por ellas. Se entiende como neutral a una red libre de restricciones para el contenido, sitios, dispositivos y plataformas. Un enfoque que tienes sus implicancias comerciales y políticas.
En los últimos tiempos, y como consecuencia del notable aumento en el tráfico de datos generados por gigantes como Google (particularmente Youtube) o Netflix, la discusión comercial pasó a ser mucho más concreta. Algo que se evidenció a partir del momento en que grandes operadores comenzaron a presionar pública y privadamente para que estas empresas de servicios y contenidos absorban en parte los crecientes costos de red que éstos generan.
La discusión se da particularmente en el caso de las redes fijas, no tanto así las móviles. Cabe preguntarse por qué es así, habida cuenta de que estas últimas han logrado (no en Argentina) velocidades similares a las de accesos como el ADSL o el cable a través de la tecnología LTE, lo cual las hace aptas también para la transmisión de video, el contenido más demandante en términos de capacidad. Es que si bien en capacidades las redes móviles están cerrando la brecha con las fijas, tienen desde el punto de vista comercial una diferencia clave. Mientras que en las redes fijas los abonos son por ancho de banda, en los móviles son por cantidad de tráfico cursado por un período de tiempo. En redes fijas se contrata un acceso de un ancho de banda determinado, 1, 3, 6 o más Mb, pero sin límites en cuanto a la cantidad de tráfico que pudiéramos cursar. Así, por ejemplo, un abono de 6 Mb cuesta lo mismo a quien ve Netflix todos los días que a quien sólo chequea mails, ve algún video en Youtube y socializa con Facebook. Por otro lado, en el caso de los móviles se contrata una cierta cantidad de tráfico a la máxima velocidad que permita la conexión (100 Mb, 300 Mb, 1 Gb, 2 Gb). Excedido ese límite, usualmente la velocidad disminuye o se puede contratar tráfico adicional. Los fijos venden ancho de banda, los móviles, tráfico.
Esto hace pensar que los reclamos de uno y otro lado se terminarán el día en que los accesos fijos de Internet se paguen como los móviles. Entonces, quien mire videos en 4K todos los días, exigiendo más a la red, pagará más que aquél que sólo usa mail y chatea. En definitiva, pagar en función de lo que se usa, tal como sucede con la luz, el gas u otros servicios. Llegado ese punto, los operadores ya no estarán preocupados porque Netflix genere el 30% del tráfico de Internet (como sucede actualmente en los EE.UU.). Es más, quizás lo celebren.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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