Tiro por la culata

Esta semana la CNC (Comisión Nacional de Comunicaciones) envió cartas a los principales ISP del país para que se hiciera efectivo el bloqueo del sitio buscador de torrents The Pirate Bay, en cumplimiento con las instrucciones del juez en Primera Instancia. La medida surge del juicio entre CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas) y el sitio mencionado.
Si bien es natural que una institución como CAPIF busque defender los derechos de sus miembros, el camino elegido no logrará sus objetivos. A los minutos de conocerse la noticia, las redes sociales y los comentarios en los portales de noticias estaban plagados de sitios alternativos (conocidos como “espejos”), que permiten llegar a The Pirate Bay circunvalando las restricciones impuestas por la medida judicial. En algunos casos se llegó al extremo que el dominio utilizado hiciera referencia (peyorativamente) a la propia CAPIF. Como si esto fuera poco, la repercusión en medios periodísticos y redes sociales fue tal, que quienes no sabían de la existencia de The Pirate Bay ahora se enteraron y preguntan de qué se trata. Eso nunca puede ser mejor.
Si bien erradicar la piratería por completo suena a utopía, es mucho lo que los tenedores de los derechos de ciertos contenidos pueden hacer para reducirla. Básicamente, se trata de copiar lo que ofrece la piratería, que va mucho más allá de la gratuidad. Esto es, posibilidad de consumir a demanda, eliminar las restricciones temporales o geográficas a la distribución online del video, acompañar con sus contenidos a las múltiples propuestas legales existentes. Negar los cambios en los hábitos del consumo de video es querer tapar el sol con las manos. No obstante, no son pocos quienes siguen intentándolo a diario, en diversos ámbitos.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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