Las cartas sobre la mesa

Ayer se conoció cuáles serán las empresas que participarán por la licitación de espectro para servicios de 4G y el remanente de 2/3G. Finalmente presentaron sus propuestas fueron Claro (América Móvil), Movistar (Telefónica), Personal (Telecom) y Arlink (Grupo Uno). Por otro lado, quienes habían comprado pliego pero no presentaron propuesta fueron Nextel y Cablevisión.
La presencia de los 3 operadores actuales no llama la atención y era esperable. “El tapado” resultó ser Arlink, el proveedor de servicios de transmisión de datos del Grupo Uno quien a su vez también es propietario de Supercanal, empresa que ofrece servicios de triple play en varias provincias del país, con su fuerte en la zona de Cuyo. En su calidad de 4° operadora, Arlink tiene por delante una tarea titánica en términos de cobertura. Por esto, no sería descabellado pensar que Arlink termine adquiriendo las operaciones de Nextel en el país, lo que le permitiría acceder rápidamente a una infraestructura que cubre las áreas más pobladas del país, contando con un activo que quizás es lo más valioso de una red móvil: sitios para antenas.
Pero los desafíos para Arlink no se circunscriben únicamente al desarrollo de la red. También tiene por delante una inversión monumental en materia comercial, necesitando desarrollar una base de agentes y oficinas comerciales, así como de estrategias para lograr captar clientes hoy en manos de sus futuros competidores.
La sorpresa fue la baja de Nextel quien era un gran candidato a ser, por la tenencia de una red en operaciones, el 4° operador (solo, en sociedad o adquirido). Pero esto no debería sorprender mucho luego de que a principios de esta semana se conociera que el NII (holding dueño de las operaciones de Nextel en Latinoamérica) decidiera acogerse al Chapter 11 en los EE.UU. De esta forma, el acceso al financiamiento necesario para participar de la licitación y desplegar la red estaba fuertemente comprometido. Por eso sus directivos tomaron una decisión prudente: bajarse de la licitación y evaluar otras alternativas. Una es seguir por su cuenta, teniendo la posibilidad tecnológica de migrar lentamente a 4G sobre las frecuencias que ya tiene. Otra es vender su operación en Argentina a Arlink (como ya fuera mencionado) o, por qué no, a alguno de los tres operadores actuales, considerando que Nextel tiene un activo muy interesante que son sus 2 millones de clientes y los sitios con antenas. Un dato no menor y que como tal no debe ser subestimado.
Ahora resta esperar el análisis de las propuestas hasta fin de octubre y, de no mediar sorpresas en las propuestas o presentaciones judiciales (que no habría que descartar), en noviembre estarán los nombres de las empresas adjudicatarias del espectro. Si los plazos se cumpliesen tal como pretende la Secretaría de Comunicaciones, quizás hasta se podría fantasear con un lanzamiento comercial del servicio de 4G antes de fin de año, aunque con una cobertura más bien simbólica. Pero de aquí a entonces habrá que estar atentos, porque puede haber novedades.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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