¿Coyuntural o estructural?

No hay dudas de que el 2016 no fue un gran año desde el punto de vista económico para Argentina. Mucho menos para el mercado de los celulares nacionales, que vieron caer la producción en un 24% respecto de 2015, pasando de 11,8 a 9 M de unidades anuales. La situación se vio agravada con el crecimiento del contrabando, que tuvo en el mismo período un crecimiento del 25%, alcanzando un estimado de 2,5 M de equipos.

Si bien el escenario 2016 estuvo marcado por la devaluación del peso, la misma se vio mitigada por la alta inflación que rápidamente llevó el valor del dólar a niveles similares a los de la pre devaluación. Adicionalmente, las mejoras en las condiciones de financiamiento y de acceso a divisas impulsaron una baja de los precios en términos nominales en la comparación 2015 vs. 2016. A esto se sumó el impulso que debería haber significado el PLAIM (Plan de Acceso a Internet Móvil) que logró una oferta de teléfonos 4G a precios accesibles (para el mercado local). Pero evidentemente, todo esto no alcanzó para mitigar la caída.
Hay que considerar el impacto del contrabando. Siempre es difícil medir un mercado informal, aunque en estos casos se lo puede estimar con alguna precisión. Esto se debe a que las marcas tienen acceso a la información de los equipos que son activados (proceso que se da cuando el usuario hace la configuración inicial de su equipo nuevo), pudiendo ver si ese equipo fue de los fabricados en Tierra del Fuego o vendido en otro país. En base a esto, se llega a un valor aproximado de cuantos son aquellos vendidos en otro país que se activan en Argentina. Si bien este fenómeno no es nuevo, no deja de crecer, alcanzando volúmenes realmente relevantes. Y en el 2016, la unificación del valor del dólar hizo más competitivo su precio en pesos. Conviene recordar que, hasta la eliminación del cepo, el dólar oficial era un 45% más barato que el negro (o blue), lo que hacía más caro un equipo en pesos aun cuando tuvieran el mismo valor en dólares. Esta brecha se esfumó con el dólar único, favoreciendo el contrabando que no es alcanzado por aranceles y otros impuestos.
De todos modos, combinando la producción nacional con el contrabando, el total del mercado muestra una caída interanual del 17%. Se podrá asumir que el retroceso fue impulsado mayormente por la caída de la economía en 2016, un tema coyuntural. Pero no puede descartarse un aspecto más estructural, que no es de Argentina sino del mercado de celulares en general. Esto tiene que ver con que el grado de innovación de la industria se ha desacelerado (algo que pudo comprobarse claramente este año en el MWC de Barcelona). Quien tiene hoy un equipo de hace 2 años no deja de hacer nada. Habla, usa Whatsapp, accede a redes sociales, saca fotos de una calidad aceptable, escucha música, ve videos. Un equipo nuevo no aporta un salto cualitativo significativo. Así, la industria de los celulares podría estar ingresando en un escenario similar al de las PC, que vio estirarse el período de renovación. Seguramente en el caso de los celulares la vida útil no sea tan larga como con las PC ya que están sometidos a un desgaste físico mayor (los llevamos encima, se caen, se rayan las pantallas, las baterías duran menos). Pero entonces sería un caso de renovación por deterioro y no por obsolescencia. En los últimos tiempos las ventas fueron impulsadas por el atractivo de los smartphones primero y la llegada de 4G después. Pero desde hace años que toda la producción local es de smartphones y en los últimos 2 años más del 80% de los equipos vendidos fueron 4G. Así, podríamos estar pasando de un nivel promedio de ventas anuales del orden de los 13 millones a uno más próximo a los 11 millones de unidades. Habrá que ver qué sucede durante este 2017.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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