Deme dos

Esta semana, la difusión de fotos del Ministro de Medio Ambiente ingresando al país con dos televisores adquiridos en Chile despertó revuelo e indignación en los medios y la población.
En realidad, y más allá de los justificativos esgrimidos desde el entorno del ministro, no hay nada ilegal en el accionar del mismo. Aparentemente pagó el 50% por el excedente del monto máximo a ingresar libre de impuestos y aranceles como lo haría cualquier residente en el país. Claro que la discusión no pasa por la legalidad sino por la legitimidad del accionar de un alto funcionario público de un gobierno que mantiene fuertes restricciones al ingreso al país de determinados productos. Termina siendo una situación similar a la que se producía en la gestión anterior cuando funcionarios eran sorprendidos adquiriendo iPhones en los Apple Store, un producto cuyo ingreso al país estaba vedado en los hechos.
Más allá de la discusión política, el hecho vuelve a poner en relieve un sistema arancelario/impositivo que es claramente regresivo. Quienes tienen los medios o la oportunidad para viajar al exterior pueden ingresar productos a un costo sensiblemente inferior que aquellos que no pueden hacerlo y por lo tanto deben pagar los mismos a valores locales que en ocasiones equivale a más del doble que en el exterior.
Mientras dure esta asimetría, imágenes como las del ministro, que se repiten a diario en las fronteras de nuestro país, serán habituales. Que nos indignemos será un síntoma, no el verdadero problema. La discusión de fondo es otra.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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