El mercado de los teléfonos celulares (básicamente smartphones) tuvo una pendiente descendiente en los últimos años por una combinación de saturación, falta de novedades como para incentivar un recambio y, principalmente, una macroeconomía local que impactó fuertemente en el consumo. De hecho, el año pasado el mercado cerró en su punto más bajo en 15 años, alcanzando los 7,5 M de unidades, similar al 2004 aunque en ese momento la tendencia era a la alza, con un mercado en plena expansión que superaría los 12 M de unidades en 2005. En cambio, para este 2020, cuando todavía no se hablaba del coronavirus, las proyecciones marcaban que si se repetían los 7 M del 2019 se podría hablar de un éxito.
Esas proyecciones, nada alentadoras, se vieron pulverizadas desde que comenzó el aislamiento. Sin gente en las calles y con comercios cerrados, la caída de las ventas en este período se ubica entre el 70 a 75%, aun a pesar de un aumento en las ventas por medios online que mitigó, muy parcialmente, la caída a pesar de crecimientos del orden del 50% para este canal.
El panorama a futuro no es alentador, ya que una vez pasado el aislamiento (aunque sea parcialmente) quedará una economía muy maltrecha con gente con poco dinero en los bolsillos. Un 2020 que da ganas estar ya en diciembre.