Estos días, los grandes operadores de servicios de telecomunicaciones argentinos que publican sus balances por ser empresas que cotizan en bolsa (Claro, Telecom y Telefónica), mostraron los resultados del primer trimestre del año. Un período impactado no sólo por un contexto macroeconómico difícil, sino que, en los diez últimos días de marzo, también empezó a sentir las consecuencias de la pandemia, más particularmente del ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio).
En todos los casos exhibieron una disminución de los ingresos (teniendo en cuenta el impacto de la depreciación del peso por inflación), que en el caso de Telefónica se ven influidos, además, por las variaciones del tipo de cambio, ya que se registran en euros. Claro fue el más impactado, con una retracción del 7,5%, Telecom con un 4,5% y Telefónica con un 2%.
Aunque con números distintos, nada hace pensar que no sea esta la tendencia general para todos los operadores, sean grandes y/o multinacionales como los locales, sean PyME o cooperativas. El escenario es el mismo para todos.
Este mix de condiciones macroeconómicas preexistentes con el mayor impacto de las consecuencias de las medidas tomadas para enfrentar la pandemia (que van desde disminuciones en el consumo, el cierre de canales de pago, así como congelamiento de precios y oferta de productos de bajo costo) hacen prever que cuando termine el segundo trimestre de este año la disminución de los ingresos será aún más marcada. Sin dudas, todavía quedan tiempos duros por delante para el país y para la industria.