El teletrabajo es un modelo del que se viene hablando desde hace años, del cual siempre se supo que era el futuro para muchos, sin embargo, los avances habían sido reducidos hasta la pandemia. En el caso de Argentina, el teletrabajo estuvo circunscripto mayormente a grandes empresas multinacionales, así como tecnológicas y algunas pocas grandes nacionales. A estas se le sumaban una proporción no menor de profesionales independientes, free lancers y microempresas donde más que hablar de teletrabajo convendría hacerlo de oficina hogareña. Pero el covid-19 (o más particularmente la obligación de estar aislado) cambió todo. Produjo, prácticamente de un día para el otro, que millones de personas dejaran de viajar hasta sus lugares de trabajo para hacerlo hasta la computadora en su hogar.
Así, durante el aislamiento (que todavía se mantiene), un 57% de los usuarios de Internet en Argentina trabajó desde su hogar. Esto surge del informe “La extensión del hogar por la pandemia: trabajo, capacitación y educación a distancia”, publicado por Carrier y Asociados. Este valor incluye tanto a quienes ya trabajaban desde sus hogares a los que se sumaron los imposibilitados de trasladarse a sus lugares de trabajo por la pandemia. El porcentaje sube con el NSE (nivel socioeconómico), en línea con los trabajos de escritorio. Esto se dio principalmente entre millennials y Gen X, que por un tema de etapa vital son los más propensos a estar trabajando. Asimismo, este valor sube cuanto más grande es la localidad.
Entre quienes trabajaron desde sus hogares durante la cuarentena, un 39% comenzó a hacerlo bajo estas circunstancias, lo que da la pauta de la cantidad de personas para las cuales conectarse y trabajar desde su hogar fue toda una novedad. Y esto implicó toda una serie de desafíos, tanto desde el punto de vista laboral como psicológico, tecnológico (disponer de las herramientas adecuadas) y hasta ambiental (disponer de un ambiente desde donde trabajar con comodidad física, así como con tranquilidad y privacidad).
Por su parte, un 22% ya hacía teletrabajo de manera semanal, siendo un indicador también de la cantidad de empresas que tenían implementada esta modalidad, en forma part-time. No obstante, un 24% ya trabajaba cotidianamente desde su hogar, reflejando los cambios de hábitos que se daban previo a la pandemia. Esto se da claramente con mayor fuerza en boomers (57 años y más), quizás por ser el segmento con mayores dificultades de empleabilidad por razones de edad.
Pensando en el día después, una vez levantado el aislamiento, todo parece indicar que la modalidad de teletrabajo tendrá nuevos mínimos. Apenas un 9% desea volver a trabajar a tiempo completo desde las instalaciones de la organización. Algo que las empresas, y particularmente los responsables de recursos humanos y de sistemas, deberán considerar seriamente.