Antes de la llegada de la pandemia, el escenario del consumo de contenidos audiovisuales en Argentina ya estaba definitivamente alterado por el impacto que produjo el acceso a los mismos vía Internet. No obstante, la creciente popularidad y diversidad de ofertas de servicios OTT, tanto por suscripción (SVOD), gratuitos financiados con publicidad (AVOD) o apps de TV paga (TVE), no impidió una cierta revitalización de la TV tradicional, cuyo consumo creció entre sus fieles.
A pesar de esto, se percibe una tendencia a dejar de mirar TV tradicional (lineal), lo que incluye tanto a las versiones de TV abierta (analógica o TDA) así como las pagas (cable, satélite o inalámbrico). Quienes no miran TV pasaron del 5 al 9% en un año. Esto surge del informe “Internet y consumo audiovisual 2020” realizado por Carrier y Asociados.
El mayor impacto de quienes abandonaron la TV tradicional se dio en el segmento ABC1, donde la cantidad de usuarios que tomaron esa decisión se cuadruplicó en el último año. Este grupo cuenta con más alternativas disponibles, tanto por motivos económicos (donde también juega el acceso a infraestructura alternativa apta) así como culturales (más permeables a contenidos globalizados).
También juega el factor etario, ya que la caída es mayor en hogares con jóvenes y menores, duplicándose en ambos casos. Un dato que implica que la tendencia sólo podrá hacerse más marcada con el paso del tiempo
A pesar de transitar un escenario totalmente atípico en materia audiovisual, las tendencias subyacentes se mantienen (crecimiento de los OTT en todas sus variantes y una lenta retirada de las plataformas tradicionales). No obstante, el aislamiento motivado por la pandemia revalorizó las propuestas tradicionales, con un consumo más intenso de las mismas, aunque sin llegar a ralentizar el proceso.