Reconectando

En medio de tensiones políticas, una macro que no se endereza y una situación sanitaria que todavía no da respiro, el gobierno aprovechó para lanzar su Plan Conectar que no despertó grandes sorpresas ya que está compuesto por medidas que fueron adelantadas desde casi el inicio de la gestión. El plan tiene cuatro patas: la actualización y extensión de la REFEFO (Red Federal de Fibra Óptica), el desarrollo del Arsat-SG1 (léase Arsat 3), la actualización de la TDA y lo propio con el Centro Nacional de Datos (el data center administrado por Arsat).

Más allá de las ¿lógicas? disputas políticas, particularmente alrededor de la REFEFO y el intercambio de “yo construí” y “yo iluminé”, lo cierto es que Arsat fue algo que incomodó a la gestión anterior. El concepto no estaba en su ADN, lo cual, siendo un tema de raíz ideológica, es motivo para otro debate. Pero, siendo así, había dos caminos: gerenciarla como si fuera una empresa cualquiera, invirtiendo donde hay que invertir (y con la ventaja de contar con fondos del Servicio Universal) o venderla. Se optó por un camino intermedio, completando lo evidente pero que dejó muchas cosas en pausa. Y en tecnología, quedar en pausa equivale a retroceder.

El foco de la gestión anterior estuvo en la REFEFO, priorizando iluminar lo construido y extender la red, pero no tanto en mejorar su capacidad. En una demostración de que las telecomunicaciones implican una inversión permanente (a pesar de lo que muchos creen), en 4 años el consumo de datos creció tanto que hoy la REFEFO se encuentra cerca del límite de su capacidad, al 90% en el core de la red. La actualización de la capacidad (que implicará cambios o upgrades en la electrónica) insumirá el 28% de la inversión anunciada en la red, con la que se espera decuplicar su capacidad. El resto estará destinado a terminar la etapa 2 y realizar la 3 que tienen que ver con el alcance de la red.

En cuanto al Arsat-SG1, hubo durante la gestión anterior una intención de llevarlo adelante en sociedad con Hughes, pero las resistencias políticas se cruzaron con la poca convicción de hacerlo y la cosa quedó en la nada. Su relanzamiento implica una continuidad de la política original de Arsat, que pone el foco en el desarrollo tecnológico local. La conectividad deberá esperar a que esté listo ya que la oferta de satélites de terceros de similares capacidades es escasa en Argentina (consecuencias de años de restricciones para operar que hicieron que los satélites existentes apunten a países vecinos, pero no tanto a Argentina). Se trata sin dudas del niño mimado del Plan Conectar, ya que el Sistema Satelital Argentino recibirá el 52% de la inversión total anunciada.

La TDA no recibió prácticamente ninguna inversión en la gestión anterior, terminándose apenas lo que estaba en construcción al momento de asumir. Para luego no avanzar más. Una decisión inentendible ya que, con poco dinero, se podría haberla dejado en condiciones y así llevar a cabo el apagón analógico que, en consecuencia, tuvo que ser postergado. Así se estuvo usando un espectro muy valioso en dos servicios (TV analógica y TDA) que podían limitarse a uno más avanzado y eficiente. Esta duplicación de una alternativa gratuita, en un mercado donde el 70% de los hogares está suscripto a un servicio de TV paga es un despropósito.

En cuanto al Centro Nacional de Datos, si bien se lo empezó a usar, los comentarios de los entendidos apuntaban a que le faltaba para estar al nivel de las demandas más exigentes. De hecho, el mismo fue evaluado en algún momento por Amazon para ofrecer desde allí algunos servicios, pero evidentemente no estaba a la altura.

Por supuesto que, luego del anuncio del Plan Conectar, la primera pregunta que vino a la mente de muchos es cómo se financian los US$ 480 M que requerirá todo el plan. Según información de la Secretaría de Innovación Pública, la mayor parte del financiamiento provendrá de fuentes externas: la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Fondo Financiero para el Desarrollo de los Países de la Cuenca del Plata (FONPLATA) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). También se les sumarán fondos propios de la Secretaría de Innovación Pública, de ARSAT y del Fondo de Servicio Universal (FSU). Así, la financiación sería:

  • Desarrollo del ARSAT-SG1: fondos aportados por la CAF
  • Etapa 3 de la REFEFO: dinero proveniente del FONPLATA y otras fuentes de financiamiento externo (no precisadas)
  • Actualización de la REFEFO: Fondo del Servicio Universal
  • Actualización de la TDA:  financiamiento del BIRF y fondos propios de ARSAT

La inversión total se distribuirá de la siguiente forma:

En definitiva, el Plan Conectar es una actualización de los activos estatales en materia de TIC que es bienvenida, más allá de las dudas y temores que su costo pueda generar, especialmente en los tiempos turbulentos que atraviesa el país. En términos de política pública, esto es mucho más aconsejable que intentar regular el precio de los servicios ofrecidos en competencia.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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