Como suele suceder todos los años aproximadamente para esta época, Apple lanzó sus nuevos modelos de iPhone. Este año, mucho del foco del evento tuvo que ver con que son los primeros equipos de la marca que cuentan con capacidad de conexión 5G. Se trata sin dudas de un anuncio que tendrá un impacto positivo en el desarrollo de 5G y de su ecosistema de aplicaciones.
La llegada de un iPhone con 5G es un hecho relevante en un mercado como el de los EE.UU., donde a pesar de haber sido lanzado el servicio hace ya más de un año, todavía no tuvo el impacto deseado entre los clientes. En esto juegan dos factores clave: las frecuencias utilizadas inicialmente y la falta de dispositivos para las mismas. Empezando por el segundo factor, que hasta el momento no hubiese ningún modelo de iPhone que funcione en 5G no es un dato menor. Los smartphones de Apple representan el 45% de la base instalada en los EE.UU.. Y si todos estos iPhone son 4G, el impacto de la inclusión de 5G en los smartphones de Apple es evidente. Esto mismo es aplicable a otros mercados donde el iPhone tiene una gran participación, como Japón (63%) o Reino Unido (46%). El nuevo iPhone será bienvenido por los operadores para aumentar la demanda por sus redes 5G.
Sin embargo, y volviendo a los EE.UU., no hay que olvidar que el despliegue de 5G fue diferente al de los demás países. Allí arrancaron con las famosas bandas milimétricas (frecuencias de 26 GHz y más), que si bien son las que mejor performance ofrecen en términos de ancho de banda (más de 1 Gbps) y latencia (similar a la fibra óptica) son también las de menor alcance (apenas unos cientos de metros) así como las más sensibles a las interferencias. Esto hace que sean bandas propicias para servicios muy locales, de baja latencia y alta capacidad. Es por esto que, por ejemplo, esta misma semana Verizon (que subió a escena en el lanzamiento del iPhone 12) anunció la disponibilidad de 5G en 19 aeropuertos y 6 estadios en los EE.UU.. Se trata de lugares de alta concentración de gente (siempre que el covid lo permita), donde la mayor capacidad de 5G habilita la conexión simultánea de múltiples dispositivos en una cantidad mucho mayor de lo que se podría hacer con 4G. A diferencia de los EE.UU., en Europa se arrancó por las bandas medias, que tienen un buen balance entre rendimiento y cobertura que las hace más atractivas para la conectividad de smartphones. En el caso de las bandas bajas, la cobertura es amplia pero la performance no es tan superior a 5G. No obstante, como tiene el plus de aceptar una mayor densidad de dispositivos por antena, son ideales para el IoT a gran escala.
Los tres grandes operadores móviles estadounidenses recién están comenzando a mejorar su cobertura 5G a través de las bandas medias o bajas, que tienen mejor performance que 4G, pero no tanto como las milimétricas. A esto hay que sumar que todos están implementando la tecnología DSS (Dynamic Spectrum Sharing) que permite compartir el mismo espectro entre 4 y 5G. Aquí, los equipos 5G funcionarán con esta tecnología, aunque, nuevamente, no será de un rendimiento mucho mayor que 4G. Sin embargo, garantizan la cobertura hasta que las redes 5G puras mejoren la suya.
Volviendo al impacto del iPhone 12 y su 5G (que opera en bandas altas, medias y bajas), el mismo será un incentivo para que desarrolladores de aplicaciones empiecen a explorar con más decisión las oportunidades detrás de la capacidad de 5G, lo que sin dudas será beneficioso para ese país y para la industria móvil a nivel global. Los fabricantes de equipos para redes y los operadores (que en EE.UU. arrancaron la venta de los nuevos iPhone con importantes subsidios), agradecidos.