Que no se corte, che

Cuando el acceso a Internet se convirtió en banda ancha y tuvo así la capacidad para transmitir video bajo modalidad streaming, en EE.UU., uno de los mayores mercados de TV paga, se empezó a hablar de cord-cutting o corte de cable. Esto implicaba dar de baja el servicio de un proveedor de TV paga para reemplazarlo por los contenidos accesibles vía Internet, inicialmente gratuitos (fueran legales o no) y más tarde pagos, con Netflix como gran impulsor. La oferta de streaming fue madurando y el cord-cutting ganó terreno. Tal es así que, tan solo en el 2º trimestre de este año, los principales operadores de aquel país perdieron 1,2 millones de suscriptores.

En Argentina, con una penetración de la TV paga del orden del 75% de los hogares, se esperaba que algo similar comenzara a ocurrir. Sin embargo, la TV paga resiste y en los últimos 4 años creció un 3% en suscriptores. No es mucho, pero en el contexto global de la industria, y particularmente en los mercados donde la TV paga está más desarrollada, no es malo. Claro que, al analizar en más detalle las cifras publicadas por el Enacom, las realidades son diversas. Particularmente en el caso de la TV satelital, que entre el 2017 y 2020 perdió un 9% de los suscriptores, o casi 250.000 clientes. Cabe aclarar que, aunque DirecTV es, por lejos, el principal operador de DTH (o TV satelital), no es el único.

El punto débil de la DTH tiene que ver con no estar montada sobre una red de doble vía. Por un lado, porque no tiene la interactividad de la TV moderna (video bajo demanda, ver desde el comienzo, catch up, etc.). Por el otro, y más estratégico y determinante a la vez, porque no cuenta con una red que, además de transportar señales de TV, pueda también ser las veces de acceso a Internet de banda ancha.

Desde el punto de vista del negocio del prestador, la capacidad de ofrecer dos servicios sobre la misma red de cable (TV e Internet) tuvo la rara virtud de ser una bendición y una condenación. Bendición porque le permitió ofrecer un servicio muy demandado. A punto tal que hoy en Argentina hay prácticamente la misma cantidad de abonados a TV paga (9,6 millones) que accesos de banda ancha (9,5 millones). El hecho de poder dar dos servicios sobre la misma infraestructura permitió mejorar los costos al tiempo que habilitó la oferta en paquete, más económica que ambos servicios corriendo por separado sobre distintas redes. Y si bien la mayoría de los operadores se iniciaron en la TV por cable para luego ofrecer banda ancha, también comenzó a recorrerse el camino inverso. Esto es, el de ISP que suman a su oferta servicios de TV paga, tanto propios, tal como lo hacen hoy Movistar y Claro sobre sus redes de fibra óptica, como revendiendo de terceros, caso Iplan. Condenación porque habilitaron el acceso de banda ancha a una buena parte de la población y ésta comenzó a consumir video de otras fuentes, al punto de considerar a la TV paga como un servicio prescindible.

Si bien todavía la cantidad total de clientes de TV paga en Argentina no decrece, también existen unos 850 mil hogares que cuentan con banda ancha pero no están abonados a TV paga. No obstante, no puede decirse que sean todos cord-cutters. Alrededor de un 40% de éstos son lo que podría llamarse cord-nevers, es decir, hogares que, aunque teniendo acceso a Internet, nunca fueron clientes de un servicio de TV paga. Un segmento dominado por grupos etarios jóvenes que, al dejar los hogares de sus mayores, sólo contratan banda ancha (y celular, lógicamente). Servicios como TV paga o telefonía fija están fuera de su radar generacional. Puesto en números absolutos, hay en Argentina aproximadamente medio millón de hogares cord-cutters y unos 350 mil que son cord-nevers.

La tendencia, todavía incipiente en Argentina, a dejar de lado propuestas de TV paga se ve demorada por la ausencia de servicios de streaming de video que incluyan deportes. Se trata de un contenido frecuentemente mencionado como una de las razones para no prescindir de los servicios de TV paga. Esto podría empezar a cambiar a fin de este mes con el lanzamiento de Star+ (Disney), que incluirá sus señales ESPN. En este aspecto, los operadores de TV paga tienen su as en la manga: la aparición reciente de productos vMVPD (Virtual Multichannel Video Programming Distributor), que no son otra cosa que el acceso a la grilla de la TV paga vía streaming para no clientes de sus servicios basados en red (Internet, TV o móvil), con el valor adicional de permitir agregar servicios de otros proveedores (caso Netflix, Amazon Prime Video, Disney+ y otros) bajo una única plataforma. Se trata de lo que comenzaron a ofrecer este año Telecom con Flow Now, Telecentro con T-Play o DirecTV con DirecTV Go.

Volviendo, y para cerrar, a la TV satelital y su retroceso de los últimos años, algunos se preguntan si desaparecerá en el corto-mediano plazo. La respuesta es no. Seguramente seguirá perdiendo suscriptores, tanto a mano de quienes migren a ofertas vía cables, así como de los cord-cutters (aunque en este caso no se corte ningún cable).  Sin embargo, seguirá siendo la única opción en aquellos lugares donde, por razones geográficas o socioeconómicas, las redes terrestres no lleguen. Pero ciertamente su mercado se achicará. Esta es la razón por la cual DirecTV desarrolló DirecTV Go como un vMVPD. Y que, al no tener un negocio de acceso a Internet significativo, ha comenzado también a revender este producto a través de otros ISP. Pero sí es seguro que sus mejores años quedaron atrás.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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