La semana pasada tuvo lugar el evento NPlay, organizado por Convergencia, que reunió a actores tanto privados como públicos del sector de las telecomunicaciones de Argentina. Dentro de las distintas participaciones, fue interesante la de Alejandro Pereyra, interventor Adjunto del Enacom, ya que se trató de la primera vez que uno de los integrantes del ente regulador se expresó públicamente desde la asunción del actual gobierno.
Afirmó que la intención de la intervención es concluir con los objetivos planteados antes de los 180 días previstos. Esto incluiría cómo resolver el tema del DNU 690, al que calificó como “una desgracia” que amalgamó a la industria en su conjunto (operadores de todo tamaño y origen) y cuyas consecuencias negativas fueron evitadas por la justicia (y los abogados, agregó tirándole un centro a su gremio).
En lo que podría adelantar una redistribución en los enfoques del Enacom, mencionó que si bien conviven tres culturas, la de la radiodifusión, la de las telecomunicaciones y la del correo, es la primera la que tiene más incidencia política y en la opinión pública. No obstante, su peso en el PBI es menor, de US$ 500 M anuales frente al de las telecomunicaciones, que es de US$ 10.000 M. Agregó que la unificación de estas tres culturas hizo que una subyugara a las otras, relegando a menudo a los técnicos e ingenieros del área de telecomunicaciones. Por lo tanto, la reorganización del ente podría reflejar más fielmente el peso de cada una.
En relación a los ANR (Aportes No Reembolsables), frenados desde la asunción del actual gobierno, afirmó que debe haber cambios, con un mayor equilibrio entre aportantes y beneficiarios. También cuestionó su asignación, que no fue equilibrada a lo largo del país, adelantando que se viene una discusión al respecto.
En cuanto a los reglamentos (OMV, interconexión, etc.) afirmó que todos están en revisión con el objetivo de “desmalezar”. El norte claramente es a la desregulación.
Por el lado del propio ente, dijo que se busca que la intervención lleve a un organismo más técnico y profesional, con sentido de pertenencia. Esto incluirá también una reestructuración, considerando que cuenta con casi 2.000 personas (“tiene más estructura que Techint”). Se viene la dieta de la motosierra.