Cielo nublado: Así está el panorama para la industria telco, tanto del lado de proveedores como de operadores. Según un reciente informe de Dell’Oro, el capex global en telecomunicaciones disminuyó en el 2023 registrando la primera contracción desde 2017. Luego de los avances durante la pandemia, el crecimiento de los ingresos de los operadores se ralentizó en 2023, manteniéndose estancado durante la última década. Por otra parte, se prevé que los ingresos mundiales de los operadores aumenten a una tasa anual del 1% en los próximos tres años, mientras que la inversión disminuya a un ritmo de un dígito en 2024 y a una tasa interanual negativa del 2% al 3% en 2026. De este modo, la relación entre inversiones e ingresos, que en la era 5G alcanzaron su máximo en 2022 (18%), están en camino al 15% en 2026. Así, unos no tienen plata (las telcos) y otros no tienen demanda (los proveedores).
Paradoja: A pesar de todo lo que se habla de 5G desde su lanzamiento, hace más de 5 años, se trata de una tecnología que todavía debe repagar las importantes inversiones que demanda. Tal es así que en una charla en el marco del Wireless Technology Forum, el Chief Strategy Officer del operador estatal uruguayo Antel (que ya cuenta con despliegues de 5G) afirmó que “la monetización de 5G va a ser un objetivo, para todos, no alcanzable”. Por ahora, sólo FWA (el acceso fijo inalámbrico) asoma no tanto como un killer app pero sí como una nueva línea de negocios relevante a nivel global, según ABI Research.