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Retorno con gloria

Luego de 3 años consecutivos con ventas a la baja, en el 2021 el mercado de teléfonos celulares en Argentina registró una fuerte recuperación que lo llevó a crecer un 60% respecto del 2020, año en que se llegó el punto más bajo desde la masificación de la telefonía celular. Sin embargo, este volumen todavía está un 23% por debajo del 2015, cuando se alcanzó el récord (sumando el mercado oficial con el informal).

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Alzas y bajas

Cuando se observa la evolución de las características de los equipos celulares comercializados en Argentina en los últimos años, puede detectarse cuáles son las tendencias que se confirman, mientras que otras son estrellas fugaces que no llegan a consolidarse para, en algunos casos, comenzar a desaparecer lentamente. Esto surge del informe “Mercado celular argentino 2018” publicado por Carrier y Asociados.
Una de las tendencias que se afirmó fue la de pantallas de más de 5”. En sus inicios, cuando aparecieron los primeros smartphones con pantallas de estas dimensiones, no faltó quienes pensaran que no iba a prender ya que los equipos tomaban dimensiones que los hacía poco prácticos para llevar encima. Sin embargo, en 2017 tres de cada cuatro celulares comercializados en Argentina tenían una pantalla de 5” o superior, representando actualmente el 44% del parque de celulares en uso efectivo. Por supuesto, la tendencia en pantallas es a seguir creciendo, pero este aumento no se da por un mayor tamaño de los equipos (lo que los volvería ahora sí imprácticos) sino por la desaparición del marco de la pantalla. Así puede esperarse que el tamaño de pantalla se estacione entre las 5” y 6”, al menos hasta que aparezcan las pantallas plegables.

Entre las características condenadas sino a la desaparición al menos a ser de nicho se encuentra la capacidad de doble SIM, que cayó en 2017 un 55% respecto del 2016. En un escenario donde los teléfonos son básicamente dispositivos de datos, tener dos SIM sólo se justifica en el caso de usuarios que viajen al exterior y quieran tener una SIM local en el país de destino. A nivel local, siempre es más barato tener un abono de datos de más tráfico incluido que tener dos líneas, cada una con su paquete de datos.
Una característica que desapareció completamente fue el sintonizador de TV, ya sea analógica o digital (TDA). Si bien nunca fue una característica muy demandada (la TV lineal no se adapta bien al consumo móvil), hubo en algún momento un impulso que respondió a presiones del gobierno anterior. Así, llegó a haber casi 1 millón de celulares con capacidad de sintonizar TV. Sin embargo, los celulares con TV dejaron de llegar al mercado el año pasado. Quien quiera ver TV lineal hoy en su celular usará Flow, DirecTV Play, las apps OTT de los distintos operadores o visitará los sitios web de los distintos canales.
Donde hubo un renacer fue en la incorporación de sintonizador de FM, una característica que estaba siendo reemplazada por las apps de radios y las de música (como Spotify). Sin embargo, la presión a los fabricantes a que habiliten esta funcionalidad (que en muchos equipos existía, pero estaba desactivada) hizo que la venta de celulares con sintonizador de FM creciera un 43% en 2017. Algo que las estaciones de radio seguramente celebran.

Reposición

Al ritmo actual, el mercado de smartphones en Argentina va camino a convertirse en uno de reposición, ya que un 91% de los smartphones vendidos en 2017 fueron destinados a reponer otro ya en uso. Sólo un 9% fue a parar a manos de nuevos usuarios de esta categoría de equipos. Esto surge del informe “Mercado celular argentino 2018” publicado por Carrier y Asociados.
De los 13 M de smartphones que ingresaron al mercado (considerando también las estimaciones del mercado informal), más de 12 M fueron a renovar smartphones existentes. Cabe recordar que las ventas de los últimos años fueron casi en su totalidad smartphones, habiendo prácticamente desaparecido la categoría “feature phone” o de los equipos básicos que sólo permiten hablar y enviar y recibir SMS. Algo que podría cambiar, levemente, a partir de este año [ver: Back to basics].

Un mercado de reposición tiene otra dinámica. El crecimiento tiende a ser vegetativo y son necesarias ciertas innovaciones tecnológicas para que los usuarios aceleren el reemplazo de un equipo todavía funcional. En los tiempos recientes fueron la llegada de 4G, las mejoras en cámaras fotográficas y, un poco más atrás, el surgimiento de la categoría “smartphone”.
Hasta la llegada de 5G, para lo cual en Argentina todavía faltan unos años, no se vislumbra una innovación que incentive el recambio anticipado. Los fabricantes apuestan a la inteligencia artificial, pero aún le falta madurez para producir algo más que el efecto “¡Wow!” habitual. Así, en un escenario global donde no hay grandes saltos tecnológicos para dar, un mercado mayormente de reposición como es el local, puede perder fuerza. A esto se suma la inestabilidad a nivel macro y los presupuestos familiares impactados por una mayor venta de TV para el Mundial. Habrá que ver si la baja registrada en los precios de los terminales en los últimos meses alcanza para compensar.
Mientras tanto, hay espacio para seguir avanzando sobre los no usuarios de smartphones, unos 10 M, para que migren de un equipo básico a uno inteligente. Viendo la evolución de ventas por categoría, se trata de gente que en el mejor de los casos tiene un equipo de hace al menos 4 años. Pero quienes hoy tienen un teléfono básico lo hacen principalmente por dos motivos: uno actitudinal y el otro económico. El primero es bastante difícil de sortear. Se trata de gente que por edad o simplemente por satisfacción con el servicio básico, no están dispuestos a migrar a un equipo más caro, con menos duración de batería y de manejo más complejo como es un smartphone. El segundo dependerá de la oferta, tanto de equipos como de servicios, poder llegar a este segmento con una propuesta atractiva.

Back to basics

Los últimos años del mercado celular argentino tuvieron una particularidad: la casi total desaparición de los teléfonos básicos (o feature phones como se los llamaba), esos que fueron diseñados para hablar y mandar SMS pero que no tenían apps ni conectividad de datos. Sus mayores exponentes fueron el Nokia 1100, el Motorola Startac o el V3. Pero las pantallas táctiles (que terminaron con los teclados) y el acceso a Internet que requería de pantallas de gran tamaño fueron desplazándolos aceleradamente. No obstante, esto no implicaba que no tuvieran un mercado. Lo que faltaba era oferta. Pero algo sucedió, y en 2017 las importaciones de equipos básicos en Argentina crecieron un 3.600%, según surge del informe “Mercado celular argentino 2018” realizado por Carrier y Asociados.
El retorno de los básicos tiene muchas causas que combinadas se potencian. Una fue la eliminación de medidas de facto que durante muchos años impidieron la importación de celulares, aún pagando todos los aranceles e impuestos correspondientes (el más claro ejemplo fue el del iPhone). La otra fue la reducción del impuesto interno a los celulares importados, que bajó casi 6,5 puntos desde el 17% y que tiene un cronograma que lo llevará al 2% en el 2023.
El hecho que aparezcan más productos importados en la gama baja y no en los equipos de mayor valor tiene que ver con las ventajas que otorga la producción en Tierra del Fuego. Esta hace que sea más conveniente ensamblar localmente un equipo de gama alta que importarlo (nuevamente, el caso del iPhone es una clara demostración de ese diferencial en el precio final). Pero en el caso de los equipos más baratos (de un precio FOB inferior a US$ 80), las ventajas no alcanzan para compensar los costos de ensamblar localmente. Si además se suma que naturalmente tienen una demanda baja, su desaparición de la oferta de equipos era un hecho ineludible. Por estas razones, no ingresó oficialmente ningún equipo básico al mercado durante el 2015 y fueron apenas 1.000 en 2016, para subir a 37.000 en 2017.

No faltará quien crea que los básicos no tienen mercado, pero no es tan así. La demanda por los teléfonos básicos se concentra en los adultos mayores, quienes hasta ahora no tenían otra alternativa que sufrir con un smartphone o conseguir algún equipo traído del exterior de manera gris, amén de estirar la vida útil de los originales hasta límites insospechados. Además, para quienes son usuarios intensivos de la voz, los básicos tienen la ventaja de contar con baterías que duran por días. La mejor prueba de que los básicos siguen teniendo su demanda es que todavía hoy estos equipos se venden en mercados con el estadounidense o el europeo, generalmente a precios que varían entre los US$ 10 a 30.
Por supuesto, el retorno de los básicos no implica que vayan a tomar el mercado. Pero sí es importante tener en cuenta que en un mercado tan amplio (si no el más) como el de los celulares, hay infinidad de subsegmentos de consumidores. Y en alguno de éstos, los básicos tienen su lugar.

Cambio de mix

El avance de los celulares aptos para usar aplicaciones de Internet como mail, mensajería instantánea o redes sociales es arrollador, a tal punto que representaron 4 de cada 5 terminales vendidos en la primera mitad de 2012. Con un 40% de smartphones y un 42% de socialphones, los teléfonos básicos se están convirtiendo en una rareza. Esto surge de la actualización del informe “Mercado celular argentino 2012” publicado por Carrier y Asociados.
 

 
La creciente popularidad de los celulares con acceso a Internet se basa en una notable baja de precios. La mitad de los equipos de estas características vendidos en el primer semestre de 2012 tuvieron un valor FOB de hasta US$ 100, llegando luego a menor precio al usuario vía subsidio del operador. Así, se desató la epidemia, la cual se vio alimentada por la inmensa popularidad de las redes sociales.

Cuestión de peso

En telecomunicaciones, una de las formas generalmente utilizada para medir la participación de mercado es en base a la cantidad de clientes/accesos. Esto se aplica también en el caso de los operadores móviles, utilizándose la cantidad de líneas en servicio. El problema con esta unidad de medida es que incluye líneas prepagas, las cuales generalmente no son dadas de baja por el cliente, por lo que pueden generar distorsiones. A diferencia de otros servicios atados a un abono mensual, como la telefonía fija o el acceso a Internet de banda ancha, las líneas móviles prepagas no generan ningún gasto fijo, por lo que cuando estas dejan de ser utilizadas por sus propietarios no se les da de baja. Así, los operadores las siguen contabilizando, no habiendo un criterio unificado para determinar en qué momento se debe dar de baja una línea prepaga sin uso. El resultado es que se llega a cifras de líneas móviles en servicio que poco tienen que ver con la realidad de uso.
En el caso argentino tenemos que a fin de 2011 había 55,8 millones de líneas móviles en servicio para una población de 40 millones, según el censo 2010. O sea, que hay 1,4 líneas por habitante, incluyendo desde los bebés recién nacidos en adelante. Y las segundas líneas así como aquellas destinadas a la banda ancha móvil (vía módems celulares) o al M2M (que conectan máquinas entre sí) están lejos de ser suficientes como para justificar la diferencia. Visto así, resulta evidente que utilizar las cifras de líneas en servicio y no las en uso efectivo distorsiona los análisis que se puedan hacer.
Por estos motivos, medir la participación de mercado de los operadores en función de las líneas declaradas no resulta ser una forma precisa de comparación. En cambio, si se toma en cuenta la facturación de cada uno de éstos, obtendremos una participación en base a lo que realmente cuenta en cualquier negocio: el dinero.
En el contraste de líneas en servicio versus facturación, se puede observar que la participación de los operadores se altera. Así como Claro resulta el nº 1 en líneas, baja al 3º lugar en facturación. Personal pasa del 2º lugar en líneas al 1º en facturación. Movistar tiene más participación en facturación que en líneas, al igual que Nextel (aunque en este caso por tener un ARPU notablemente más alto que sus competidores). Estos datos surgen del informe “Mercado celular argentino – 2012” recientemente finalizado por Carrier y Asociados.

Esta diferencia puede tener varias explicaciones no excluyentes entre sí. La primera, que los operadores tienen distintos criterios para considerar a una línea como en desuso (y que por lo tanto no factura) y, consecuentemente, el momento en darla de baja. La segunda, que por diferencias de posicionamiento, los operadores tengan clientes con diferente intensidad de uso del servicio. Finalmente, también influye la diferencia en tarifas y promociones, que pueden hacer que a igualdad de uso existan importantes diferencias en la facturación.
Más allá de quien sale primero en la foto (cosa que impacta más en egos que en bolsillos), la contabilización de líneas sin uso también distorsiona otras variables, entre éstas, el ARPU (el ingreso promedio por línea). En base a la estimación de las líneas efectivamente en uso, el ARPU real es de aproximadamente un 50% más que el que resulta de los balances.

Perspectivas diferentes

Con las recientes presentaciones de los balances del año 2010 de los operadores del mercado celular argentino, es posible analizar distintas variables que permiten entender mejor qué es lo que pasa en el segmento así como la performance de los distintos actores.

Tal como explicáramos la semana pasada, las cifras de cantidad de líneas (52 millones según surge de los distintos balances) están distorsionadas por la contabilización de líneas técnicamente en servicio pero en desuso en la práctica. La distorsión se acentúa por la utilización de criterios diversos según cada operador para determinar en qué circunstancias una línea en servicio es dada de baja. Esta situación exige la utilización de un criterio más uniforme, y aquí el dinero cumple perfectamente ese rol. Al fin y al cabo, un peso es un peso, no importa en el balance de quién figure.

De los tres principales operadores, Claro y Movistar intercambian roles según lo que se mire sean líneas o facturación. Mientras que el primero lidera en líneas declaradas en servicio y el segundo se ubica tercero (apenas por debajo de Personal), el orden ser invierte cuando de dinero se habla.

Esto también se refleja en el ARPU, que en el caso de Movistar es de $ 50 frente a $ 38 de Claro. Esta diferencia puede tener dos explicaciones no excluyentes entre sí. La primera, que Claro contabiliza un número mayor de líneas en desuso como en servicio (y que por lo tanto no facturan) que sus competidores. La segunda, que los clientes de Claro gastan menos en el servicio. Esto a su vez podría ser el resultado de un uso menos intensivo del servicio y/o de tarifas más bajas, aunque este último punto es de difícil comparación debido a la diversidad de éstas y de los planes de descuentos.

El caso de Nextel es radicalmente distinto. Su participación en facturación es notablemente más alta que en líneas, con un ARPU que triplica al promedio de la industria. Como para que no la envidien…

Depende del cristal con que se mire

A pesar de su gran masividad, o tal vez justamente como resultado de ésta, el mercado celular argentino presenta aún ciertas zonas grises. La más llamativa quizás es aquella que hace a la cantidad de líneas y a como éstas se distribuyen entre los operadores.
Sin dudas que la primera gran sorpresa es la que resulta de comparar las cifras oficiales, difundidas por el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), con aquellas que surgen de los balances de los propios operadores. Mientras que el organismo público indica que a diciembre de 2009 la cantidad de líneas móviles era de 50,4 M, los balances suman 48,7 M. O sea, una diferencia de 1,7 M que no tiene explicación lógica. Las malas lenguas dicen que las estadísticas oficiales están infladas ya que de esta forma arrastran a la suba al indicador de consumo de servicios públicos. Pero no, un organismo público no puede manipular las estadísticas…
Las cifras de los balances presentan a su vez otras zonas grises. Porque los 48,7 M de líneas declaradas no sólo superan la cantidad de habitantes del país en un 20% aproximadamente, sino que además le está asignando un teléfono a los recién nacidos. Es por esto que éstas pueden ser definidas como líneas en servicio, es decir que están en funcionamiento pero no necesariamente en uso. Justamente esta diferenciación es lo que hace que tratar de determinar la participación de mercado de cada operador en términos de líneas sea relativo, ya que dependerá del criterio de cada uno para determinar la baja de una línea que está técnicamente vigente pero no es utilizada. Todos dirán que a los tres meses sin tráfico las líneas son dadas de baja, pero la experiencia demuestra que no siempre es así.
Es por esto que resulta más realista medir la participación de mercado no tanto ya por líneas instaladas sino por facturación. A fin de cuentas, las empresas se crean para generar dinero a sus inversores, más allá de otros fines más altruistas que existan en paralelo.

De la información del cuadro, que surge del informe “Mercado Celular Argentino” recientemente finalizado por Carrier y Asociados, se pueden realizar algunas observaciones interesantes.
La primera tiene que ver con la alteración del orden de participación según lo que se mida. Si es en líneas, Claro es el líder, seguido por Movistar, Personal y, bastante más lejos, Nextel. Si es en facturación, Movistar se ubica a la cabeza, seguido por Claro, mientras que Personal se mantiene en el tercer puesto. Por otra parte, resulta evidente que sin dudas Nextel es el operador con el mayor ARPU (ingreso promedio por línea), ya que su participación de mercado en facturación triplica a aquella medida en líneas. Sin dudas, un factor por el cual la empresa es envidiada (sanamente) en la industria.
En los números, como en otros órdenes de la vida, no hay verdades absolutas. Todo depende de lo que se quiera ver (o mostrar). Es como aquél chiste que dice que se le pide a un contador que diga cuánto es 2 + 2, a lo que responde: “¿cuánto quiere que dé?”

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