Ante la falta de aprobación gubernamental de la operación de compra de la participación de Telecom Italia en Telecom Argentina por parte de Fintech, la empresa italiana decidió ampliar el plazo para cerrar la venta. La fecha original fue el 12/08. Luego se extendió al 01/09. La nueva extensión del plazo lleva ahora la fecha al 25/09. La noticia, si bien mantiene las esperanzas, puede tener consecuencias no deseadas para la licitación de espectro para 4G, para la cual las propuestas de los interesados en participar deberán presentarse el 19/09. Tomando en cuenta las consideraciones que llevaron a anular la licitación del espectro para 3G devuelto por Movistar a fines del 2012, de no cerrarse esta operación en los próximos días existe un riesgo concreto de que la licitación en proceso actualmente quede desierta o al menos sin jugadores de peso participando de ella.
Cabe recordar que en aquella oportunidad, Movistar no participaba de la licitación por haber alcanzado el tope máximo autorizado por la regulación (de hecho, fue la razón por la que tuvo que devolver el excedente que tenía, como consecuencia de la fusión entre Movicom y Unifón). Personal fue descartada por la presencia de Telefónica entre los socios de Telecom Italia y por ende de Telecom Argentina. El argumento esgrimido en ese entonces fue el “riesgo de integración monopólica”. Nextel fue descartada por los problemas financieros de su empresa madre, NII, hoy agravados. Quedaba Claro, pero fue descartada por argumentos sin sustento. Se decía que hubiera generado un proceso de concentración, cosa que era falsa, ya que no podría haber adquirido más espectro que el fijado por la regulación como tope.
Si la compra de la participación de Telecom Italia en Telecom Argentina por parte de Fintech no estuviera aprobada antes del 19/09, se repetiría una situación similar a la del 2012, pero agravada. Ya no sólo Personal no podría participar por el “riesgo de integración monopólica”, sino que el mismo criterio se aplicaría a Movistar. Los propietarios actuales de Nextel, cuya venta al Grupo 23 no termina de cerrarse, están en peor situación económica, coqueteando con un Chapter 11, lo que también la descartaría de participar. Así, tres de los cuatro principales candidatos a ser parte de la licitación quedarían afuera. Estos podrían quizás no ser los argumentos a esgrimir por el gobierno, pero si así no sucediera seguramente lo serían por parte de otras empresas interesadas en participar (o que al menos compraron los pliegos).
Para el gobierno, sería un duro revés, ya que retrasaría la llegada de los aproximadamente US$ 2.000 millones que espera recaudar por el espectro. Así, el gobierno debería aprobar en los próximos días la operación Telecom Italia-Fintech o dejar pasar de largo la oportunidad de obtener una suma importante de fondos, particularmente en estos tiempos de vacas flacas. La pelota está de su lado de la cancha.
En la ¿dulce? espera
En el día de ayer se cumplió exactamente un año desde el anuncio del gobierno nacional de su intención de ingresar al negocio de la telefonía móvil. La medida, que en su momento sorprendió por lo inesperada, no avanzó mucho más en términos concretos desde entonces. Apenas si, unos meses después, se le dio una marca: Libre.ar. Resulta difícil analizar esta acción del Gobierno sin considerar los movimientos políticos que se produjeron al interior de éste.
Recordemos que el anuncio del ingreso estatal al negocio móvil fue la consecuencia de declarar nulo el llamado a licitación por el espectro para 2 y 3G devuelto por Movistar como consecuencia de la fusión entre Movicom y Unifón. Así, lo que en su momento vislumbraba ser una contienda entre operadores existentes y aspirantes a serlo terminó con todos fuera. Esta subasta ya registraba innumerables postergaciones, y la decisión súbita de crear un operador móvil estatal hizo pensar que la decisión no venía muy meditada. Sensación que se confirmaba cuando en el momento mismo del anuncio de la decisión también se prometía un plan de negocios para la nueva empresa que estaría en 15 días (pero que nunca vio la luz, al menos no la luz pública).
La cosa no mejoró con el cambio de nombres y sectores internos del gobierno que se produjo a principios de este año en el área de telecomunicaciones, tanto en la Secretaría de Comunicaciones como en la cúpula de Arsat, el operador de telecomunicaciones estatal sobre quien recayó la responsabilidad de llevar adelante el proyecto Libre.ar. Fue una pesada herencia. Un sector donde comenzaban a ser cada vez más evidentes los efectos de una desidia regulatoria que duró una década, y una creación, casi por impulso, de un operador móvil aunque sin medir las implicancias de semejante decisión.
El resultado fue una situación “lose-lose”. Perdió el Estado porque se embarcó en un proyecto que ha dado muestras acabadas de resultarle esquivo. Todavía no pudo definir si construirá su propia red solo, tercerizando o en asociación con PyMEs de telecomunicaciones o si se asociará con algún operador existente para montarse sobre su infraestructura. Y en un contexto de dificultades para la financiación del gasto público, el despliegue de esta red puede encontrar algunos obstáculos significativos en el camino. Al mismo tiempo, al no haber licitado ese espectro, el Estado dejó de percibir los montos que se hubieran ofertado, y el país no recibió las inversiones que esta asignación de espectro hubiera generado. Las empresas se quedaron sin acceso a más espectro que podría haber servido, en parte, para mejorar su servicio (en el caso de las que ya operan en este negocio, como Personal y Claro) o para generar un nuevo contendiente (caso Nextel y otras). Los usuarios nos quedamos con la misma oferta en cuanto a operadores sin la posibilidad de un cuarto (público o privado) que viniera a introducir algo más de presión competitiva en el mercado.
En fin, como reza el dicho, “paciencia y tomar quina, que es la mejor medicina”.
Pagos inmóviles
Hace mucho tiempo que se viene trabajando en la industria en el ámbito de los pagos móviles. Ya hacia el año 2000/2001 en Argentina Movicom había puesto, a modo de prueba, una expendedora de gaseosas en sus centros de atención al cliente que permitía adquirir una mediante el envío de códigos específicos desde el celular. Si bien pasaron más de 10 años desde aquél entonces, todavía no hay en el país un sistema de pagos desde el celular difundido. A pesar de estas limitaciones por parte de la oferta, la demanda se encuentra lista y receptiva, con aproximadamente 1 de cada 3 usuarios de teléfonos móviles predispuestos a usarlos para realizar distintos tipos de pagos. Esto surge del informe “Telefonía móvil – segmento individuos – 2012 ” recientemente publicado por Carrier y Asociados.
Sin dudas, la popularización de las tarjetas de pago electrónico para el transporte, como es el caso de la SUBE en el AMBA, tiene como consecuencia una mayor permeabilidad a la utilización del celular como medio de pago. Esto es así porque instalaron el concepto de pagar sin necesidad de efectivo ni de cuenta bancaria. Un 32% de los usuarios ve con buenos ojos la utilización de este dispositivo como forma de abonar el transporte público, característica que es más valorada en la medida en que desciende la edad del usuario. También es más relevante entre los habitantes del AMBA que de ciudades del Interior.
En esta misma línea, un 37% se muestra a favor de la utilización del celular como medio de pago más amplio, sustituyendo a las tarjetas de débito o crédito. Nuevamente, los segmentos adolescentes y jóvenes aparecen como más permeables a esta propuesta, evidenciando la relevancia del factor generacional para los usos menos convencionales de la tecnología.
Entre quienes ven el pago desde los celulares positivamente, las principales ventajas asociadas están en la facilitación del pago y el ahorro de tiempo (nuevamente, los segmentos más jóvenes a la cabeza) así como una mayor comodidad respecto del uso de efectivo.
Se alarga la espera
Esta semana se produjo otra postergación vinculada a la industria móvil y tiene que ver con la licitación del espectro devuelto por Movistar como resultante de la fusión entre Movicom y Unifón, en el 2004. La noticia trascendió a través de un artículo publicado en el sitio de Convergencia, donde se anuncia una nueva postergación habida cuenta de que la fecha original para la subasta era el 29 de agosto de 2011.
Cabe recordar que a principios de febrero se presentaron las propuesta técnicas y antecedentes de Nextel, Claro, Personal, Superfone y Multitrunk. Y el 5 de marzo, la Comisión Evaluadora debía determinar quiénes de éstos podían ofertar en función de los requerimientos del pliego, especialmente los vinculados a la capacidad financiera para adquirir el espectro así como para poner en marcha la infraestructura necesaria para cubrir todo el país. Esta fecha es la que se trasladó al 19 del mismo mes, y, según Convergencia, la subasta se realizaría a mediados de abril.
Esta nueva postergación seguramente traiga preocupación sino a todos, al menos a algunos de los participantes. La obtención de espectro adicional es fundamental principalmente para Claro y Nextel, aunque por distintas razones. Para Claro el objetivo es hacerse de espectro en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), donde cuenta con menos que sus rivales directos, Movistar y Personal, aunque sí tiene una cantidad equivalente de suscriptores. En el caso de Nextel, la cosa es más estratégica que operativa, ya que la empresa se encuentra en todo Latinoamérica en pleno proceso de ampliación de su servicio hacia redes celulares de forma tal de poder darle un horizonte de más largo plazo al desarrollo del mismo. Y ya cuenta con el espectro necesario en los demás países de la región, faltándole sólo en Argentina.
En el mercado se especula con que los operadores existentes son quienes más chances tienen de participar en la subasta. Éstos tienen a su favor no sólo su gran capacidad financiera (pertenecen todos a grupos multinacionales) sino también por contar con infraestructura ya instalada (sitios con antenas, backhaul, backbone), lo que reduce notablemente sus necesidades de inversión frente a quien deba arrancar de cero. Pero nunca se sabe. La vida te da sorpresas…
Aparición espectral
Justo en la semana en que un representante de 3G Americas se reunió con un grupo de analistas y expresó su inquietud por las demoras en las nuevas asignaciones de espectro necesarias para atender las mayores demandas de los usuarios móviles, éste apareció. Fue porque el Secretario de Comunicaciones, paradójicamente famoso por sus silencios o sus pocas frases de compromiso, anunció que antes de fin de año se subastarán frecuencias, algo que no sucedía en el país desde 1999. Se trata de los 37,5 Mhz que devolvió Telefónica Móviles como consecuencia de su fusión con Movicom en el 2004, a los que se suman otros 90 Mhz en nuevas bandas, actualmente destinadas a servicios fijos de telecomunicaciones.
El anuncio se produjo en el marco de las jornadas denominadas “La Revolución Móvil”, organizadas por el Grupo Convergencia. El funcionario, como primer orador de la jornada, se anticipó así a los reclamos que se esperaban por parte de operadores durante las jornadas, justamente por las limitaciones que enfrentan. Se trata de una buena noticia en momentos en que la demanda por capacidad crece aceleradamente, no tanto ya por la incorporación de nuevos usuarios, sino por el crecimiento del tráfico de datos, impulsado tanto por smartphones como por módems de banda ancha móvil.
Lo que no aclaró el funcionario es quiénes podrán participar de la subasta o, para verlo de otra forma, si habrá quién esté impedido de hacerlo. A las tres operadoras tradicionales (Claro, Movistar y Personal) habría que sumar el interés de Nextel y las cooperativas.
Nextel ya comenzó en otros países de la región a ampliar sus servicios a tecnologías 3G. Y justamente esta semana anunció que desistía de la compra de Movilink, debido a las demoras en la aprobación de esta operación, anunciada en el 2007, por parte de las autoridades. Se trata de la segunda operación cancelada por la inacción regulatoria, luego de que la misma Nextel desistiera tiempo atrás de comprar a la local Velocom. Igualmente, para ser justos, en este último caso influyó que Velocom tenía frecuencias y equipamiento para usar Wimax, tecnología que lentamente parece estar perdiendo el interés de los operadores.
Las cooperativas telefónicas del interior del país tampoco deberían ser descartadas, ya que por años reclamaron espectro para poder dar servicios móviles. A pesar de las promesas, éste no llegó en el tiempo adecuado, por lo que finalmente comenzaron a operar bajo la marca “Nuestro”, en un modelo de operador virtual, utilizando la infraestructura de Personal.
En línea con el ingreso o no de nuevos actores, tampoco aclaró el funcionario si, ante la disponibilidad de espectro, se subirán los límites (o caps) que cada uno puede tener, o si serán los mismos que rigen hasta ahora.
Más allá de los mencionados, no habría que ser demasiado optimista respecto del ingreso de nuevos operadores, ya que en un mercado maduro como el argentino, comenzar a dar servicio desde cero, con una red nueva, no parece económicamente muy viable.
Para el gobierno, más allá de mostrar cierta iniciativa perdida en temas de telecomunicaciones, la medida será positiva porque le permitiría generar ingresos, especialmente en momentos en que se hace difícil conseguir financiación por fuera de los recursos impositivos y previsionales. Y encima, el año que viene hay elecciones presidenciales…
El retorno
Tiempo atrás, poco antes de ser adquirida por Telefónica Móviles y pasar a formar parte de Movistar, el operador celular Movicom había lanzado un producto llamado “en Casa”. El mismo consistía básicamente en una segunda línea en el mismo aparato celular, la cual tenía la característica de tener costos similares a los de telefonía fija, tanto para llamadas entrantes como salientes. La única limitación era que esas llamadas debían realizarse dentro de una ubicación geográfica previamente determinada, típicamente el hogar del abonado. Con la venta de Movicom y su posterior fusión con Unifón para formar Movistar, el servicio fue languideciendo (funcionaba únicamente en CDMA, ya que aceptaba dos líneas en el mismo aparato) hasta desaparecer cuando todo se unificó bajo GSM.
Ahora, dentro de una movida tipo “revival”, Movistar volvió a lanzar “en Casa”, aunque adaptada a la tecnología GSM. Esto implica que ya no se trata de un segundo número en la misma línea celular, sino que es un equipo que tiene una línea dedicada al uso desde una ubicación fija (aunque siempre inalámbrica). Las diferencias con el viejo “en Casa” es que el nuevo se usa en un equipo independiente y tiene un abono de $ 20 (más $ 39 para consumo de minutos, totalizando $ 59), con un minuto de $ 0,06.
Para Telefónica/Movistar, el producto tiene sus atractivos. Por un lado, al no ser telefonía básica, escapa a la regulación de ésta (incluyendo los topes tarifarios). Por otra parte, le permite avanzar con un servicio de telefonía “fija” en territorios donde no tiene una red de éstas características. Y finalmente, se trata de una buena alternativa para incentivar el crecimiento de líneas en servicio en momentos en que la madurez del mercado de telefonía móvil impide tasas de crecimiento significativas.
En síntesis, una producto cuya evolución merece ser seguida, ya que implica, además, un paso en la integración fijo-móvil. Y será interesante observar si hay algún tipo de respuesta por parte del resto de los operadores móviles.