Esta semana, Cablevisión-Fibertel sacudió el mercado de banda ancha adoptando una medida que ya se dio varias veces entre los operadores móviles: la duplicación del ancho de banda sin costo adicional. Como parte de las acciones de los festejos por cumplirse los 20 años del lanzamiento del primer producto de banda ancha en Argentina, bajo el nombre de “Duplicate”, con sólo aceptar la promoción, un cliente automáticamente duplica el ancho de banda de su conexión.
Pero también ocurrió que la promoción hizo que algunos usuarios prestaran atención a las condiciones legales y se desayunaran con que Fibertel establece una cuota de transferencia de datos mensual (o cap), la cual varía en función de cada servicio: 250 GB para las velocidades de 12, 25 y 50 Mb y de 350 GB para 100 Mb. En realidad, estas cuotas no son nuevas, ni son condición de la promoción, sino que ya existían (según Cablevisión desde el 2011), sólo que ahora ganaron visibilidad. Alcanzado este límite, la conexión no se corta, sino que baja la velocidad a 3 Mb para el producto de 12 Mb, y a 6 Mb en los de 25 y 50 Mb hasta que se reinicia el ciclo de facturación. Algo que en la jerga se denomina throttling.
Más allá de que, lógicamente, como usuario nadie quiere verse restringido, la tarifa plana (esto es, consumir datos sin ningún tipo de limitación a un precio fijo) es algo difícil de sostener en el largo plazo. Los primeros en eliminarla fueron los operadores móviles. De hecho, éstos no venden por ancho de banda sino que sus abonos se diferencia principalmente por la cantidad de tráfico incluido (1 GB mensual, 3, 10, etc.). En los accesos fijos, es algo que se comenzó a difundir particularmente con el crecimiento del video por Internet. Los YouTube, Netflix y otros son responsables hoy del 61% del tráfico total (según Cisco Virtual Networking Index) y crecerá al 83% en 2021.
El tráfico de datos no para de crecer. No sólo porque hoy hay más aplicaciones que utilizan video, como Netflix, YouTube, videollamadas, videovigilancia. Además, Facebook, Twitter y hasta Whatsapp permiten publicar videos o hacer streaming. También hay más dispositivos desde los cuales se puede consumir simultáneamente, como PC, Smart TV, tablets y los mismos celulares. Adicionalmente, lo hacen cada vez en mayor calidad, y esto significa más datos transferidos. En consecuencia, las redes deben ser actualizadas para que puedan dar abasto a esta mayor demanda. En definitiva, es un tema de pesos (o dólares).
La situación es distinta en el caso de la voz, donde sí pueden ofrecerse tarifas planas porque, al cobrarse por tiempo, se sabe que una línea no puede traficar más que 24 hs. por día. Este límite aún no existe en los datos, que crecen sin que se sepa hasta dónde. Mañana el video será 4K. Luego habrá más K. Y ni que hablar cuando se difunda la realidad virtual. Por lo pronto, las cuotas de transferencia se encuentran por encima de la media de consumo promedio por acceso en Argentina, que es del orden de los 100 GB mensuales. Aunque esta cifra crece a buen ritmo.
Por este estado de situación, desde hace tiempo que los ISP vienen coqueteando con la idea de establecer cuotas de transferencia de datos. Algunos ya lo hicieron, como Fibertel y Telecentro, mientras que tanto Arnet como Speedy no lo hacen, al menos por el momento. En esto juega que las redes de cable tienen mayor capacidad para dar ancho de banda, lo que rápidamente se traduce en un mayor tráfico. Pero en la medida en que comiencen a surgir productos de mayor capacidad (y por ende de mayor consumo) no debería llamar la atención que esto suceda. Aunque también es cierto que Telefónica tampoco aplica cuotas para su más reciente producto Fibra. Habrá que ver ahora si el resto de los ISP decide subirse a la ola o si, por el contrario, utilizarán la tarifa plana como una forma de diferenciar sus productos.
0800-data
Así como sucedió con la voz, que migró del fijo al celular, lo mismo está sucediendo con el acceso a Internet. En Argentina ya más de la mitad de los usuarios de celular tiene un smartphone y este porcentaje seguirá creciendo habida cuenta de que desde el 2014 ya no se fabrica otro dispositivo celular en Tierra del Fuego que no sea un smartphone.
La ubicuidad de Internet obliga entonces a replantear el concepto de brecha digital, el cual está mutando desde una PC conectada hacia un celular con acceso a datos. Con los smartphones ganando terreno naturalmente por efecto de la renovación de terminales, queda no obstante pensar en términos del acceso a los servicios y contenidos. Aquí es donde entra a jugar el costo de la conexión, un tema no menor en momentos en que desapareció la tarifa plana y cuando entre los que aún no ingresaron al mundo de los datos móviles predominan las líneas prepagas.
El hecho de que acceder a un servicio o contenido determinado tenga un costo concreto para el usuario se convierte en una limitante para el uso de Internet por parte de aquellos segmentos de bajo presupuesto. Pero al mismo tiempo abre una interesante oportunidad para el desarrollo de modelos de datos de pago revertido, donde el operador o proveedor del servicio o contenido es quien paga por el tráfico que genera, favoreciendo a aquellos usuarios con líneas prepagas, sin un plan de datos o con un plan limitado. Algo similar a los modelos 0-800 de la telefonía.
Existen 3 modelos de datos de pago revertido: Zero rating, datos sponsoreados e Internet sponsoreada:
- Zero-rating: Permite al usuario acceder gratuitamente a un servicio específico siendo el gasto de conexión absorbido por el operador móvil. Este modelo es utilizado para incentivar la adopción de la banda ancha móvil, generando demanda por nuevos servicios pagos. Los casos más conocidos de Zero-rating en Latinoamérica son dos: Internet.org, la iniciativa de Facebook que permite acceso a la red social y a determinados sitios; Whatsapp que en ocasiones permite ser utilizado sin consumir del abono o saldo de datos. No obstante, este modelo es cuestionado por los defensores de la neutralidad de la red debido a que es el dueño de la red quien decide qué servicios serán gratuitos para el usuario y cuáles no, perjudicando a los segundos.
- Datos sponsoreados: Aquí también el usuario accede gratuitamente a un servicio específico, pero el sponsor no es el operador sino una empresa o gobierno. Este modelo es interesante porque no genera conflictos en materia de neutralidad de la red y puede direccionarse para usos específicos. Un ejemplo en Latinoamérica es el caso del banco Bradesco de Brasil, que permite que sus clientes acceden a su app de banca móvil haciéndose cargo del tráfico generado en la operatoria. Esto no sólo beneficia a sus clientes que no deben gastar en datos para acceder a sus cuentas sino que también implica un ahorro para el banco, ya que el costo de una transacción móvil es equivalente al 2% de la misma operación en una sucursal. También en Brasil, el gobierno del Estado de San Pablo (con 44 millones de habitantes) está desarrollando una app móvil, Poupatempo, que permitirá a sus ciudadanos gestionar documentación, sacar turnos para hacer distintos trámites y acceder a información, sin tener que afrontar el gasto en datos para utilizarla.
- Internet sponsoreada: El usuario accede gratuitamente no ya a un servicio específico sino a Internet en general, siendo el sponsor una empresa o gobierno. Este modelo suele estar limitado en el tiempo o en la cantidad de tráfico y se usa ya sea para incentivar un mayor uso de la banda ancha móvil como para dar valor a productos o servicios. A nivel mundial hubo casos de fabricantes de hardware que incluían esta modalidad con la compra de sus equipos. Lo hizo en algún momento Amazon con su e-reader Kindle, lo que permitía que, además de navegar desde el dispositivo, sus usuarios pudieran comprar libros electrónicos sin necesidad de WiFi. También lo hizo HP con algunas de sus tablets, ofreciendo 250 Mb mensuales gratuitos, para darle un valor adicional a su producto y crear una asociación positiva con la marca.
A pesar de que por el momento la mayoría de las experiencias de datos de pago revertido han sido impulsadas por empresas, nada impide que los gobiernos también lo hagan para mejorar el acceso de la población a servicios provistos por éstos. Aquí se puede pensar educación, salud, trámites, difusión de información para emergencias, información para productores, etc. Los límites son la imaginación. Así podrán obtenerse beneficios por partida doble: llegar mejor a la gente y hacerlo a costos significativamente menores que con los formatos tradicionales.
[Nota: El rol de las tecnologías móviles como plataforma para el cierre de la brecha digital es tratado en más profundidad en un documento que puede ser visto y/o descargado desde aquí]