¿Efecto boomerang?

Esto es lo que puede suceder luego de que se conociera esta semana que en los EE.UU. la FCC (algo similar a la CNC autóctona) concluyera que Comcast, el principal operador de Cable y segundo ISP de banda ancha de aquel país, bloqueaba inapropiadamente algunas transferencias de archivos. En realidad, según la empresa, lo que hacía no era bloquear sino restringir el ancho de banda disponible para sus usuarios más “pesados”.

 

En base a esto, la FCC pediría que se castigue a Comcast por violar las reglas de libre acceso, las cuales fueron concebidas para evitar que los proveedores favorezcan a determinados servicios por sobre otros (por ejemplo, priorizando el tráfico de contenidos en video propios frente a los de terceros). Sin dudas, una medida que agradará a los defensores de la neutralidad de la red.

 

Si bien Comcast admitió que cerraba el grifo a determinado tipo de tráfico, sostuvo que esto es parte de la legítima administración de su red de forma tal que unos pocos consumidores intensivos de ancho de banda no afectaran la experiencia de todos los demás. El clásico argumento de los operadores que respalda una práctica bastante habitual en la industria, aunque no esté blanqueada.

 

En realidad, esta medida puede tener el efecto no deseado que implicaría potenciar los deseos crecientes de los operadores de cobrar a sus clientes en función del tráfico generado en lugar de hacerlo a través de tarifas planas que permiten un tráfico ilimitado (al menos en teoría) a cambio de un precio fijo. Sin dudas un debate que promete salir cada vez más a la luz habida cuenta del uso creciente de aplicaciones demandantes en términos de ancho de banda, como las descargas y el streaming de video, por ejemplo.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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