El día después

Más allá de los beneficios directos de la TV digital, en cuanto a su mejor calidad de imagen y sonido, la posible interactividad y hasta una oferta mayor en términos cuantitativos, hay un aspecto no menos importante que es la reutilización del espectro liberado luego de la digitalización . Esto es así porque el modelo actual de TV es muy poco eficiente en el uso del mismo y la digitalización, con su capacidad de compresión de señales, permite utilizar este recurso escaso de forma mucho más eficiente. Así, se genera un excedente cuyo destino es tanto o más importante que la digitalización en sí.
Una primera opción es que ese mayor espectro se utilice por la misma cantidad de canales pero con una señal más rica, con imágenes de alta definición y mejor calidad de audio. De esta forma, se mantiene el nivel actual de oferta de canales, contemplando inclusive tener algún canal adicional para ser usado por el Estado en alguno de sus tres niveles.
La segunda opción, ya que hay más espacio disponible, es permitir la existencia de más canales (pudiendo multiplicarse por al menos 4 la cantidad total de señales). Esto puede implementarse bajo el modelo de canales abiertos o cerrados (pagos). En el primer caso, si bien en teoría se puede crear una suerte de competencia para el cable ya que habría entre 16 y 20 canales de aire gratuitos, económicamente puede no ser muy viable. Esto se debe a que el aumento de la oferta no genera automáticamente un aumento de los recursos, en este caso los ingresos publicitarios. O sea, que haya el cuádruple de canales no multiplica por cuatro los presupuestos publicitarios. Así, el resultado sería más comensales para una torta que se mantiene igual, teniendo como consecuencia que cada uno de éstos come menos. Claramente, un escenario no deseado. Una alternativa es que estos canales sean financiados con fondos públicos, aunque habrá que ver cuál es la propuesta para justificar tamaña erogación.
La tercera opción, y quizás para muchos la más interesante, es que ese espectro recuperado sea reasignado para otros usos vinculados a las telecomunicaciones, lo cual puede ser una fuente de ingresos interesante para el Estado, como ocurrió en los EE.UU. este año, cuando se subastó el espectro que dejará de lado la TV en su migración hacia el modelo digital.
Como puede observarse entonces, la discusión de la norma es sólo el principio. Lo verdaderamente jugoso viene el día después.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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