La piratería se legaliza

Esta semana dos noticias provenientes de Europa, también conocida como el viejo continente (con su asociación de vejez a sabiduría), significaron un duro golpe para las industrias de los contenidos.
Una fue la obtención de una banca en el Parlamento Europeo por parte del Partido Pirata Sueco (Piratapartiet), que tiene como meta no sólo lograr un mayor respeto por los ciudadanos y su derecho a la privacidad, sino también reformar el derecho de autor y las leyes de patente. El partido obtuvo el 7,1% de los votos, todo un logro luego de 3 años y medio de vida.
La otra fue el revés que obtuvo una ley aprobada por el parlamento francés pero rechazada por el Consejo Constitucional, organismo que revé la legislación aprobada antes de que entre en vigencia. La ley en cuestión contemplaba desconectar de Internet a los usuarios que continuaran compartiendo archivos luego de dos advertencias para dejar de hacerlo. El Consejo basó su decisión en que la propuesta era contraria a los principios constitucionales de Francia, como la presunción de inocencia y la libertad de expresión.
Más allá de las posiciones que cada cual pueda tener al respecto, el fondo de la cuestión tiene que ver con que, ante la naturalización de lo que actualmente son considerados delitos contra la propiedad intelectual, se está avanzando hacia una criminalización creciente de la población. De alguna forma, esto implica un cierto paralelismo con la criminalización del consumo de drogas. No se puede procesar y condenar a tanta cantidad de gente. Las leyes deben reflejar los valores y costumbres de la sociedad, y, con los hechos a la vista, esto no parece estar sucediendo actualmente.
Por supuesto, el tema es complejo. En el caso de la música, los videos, el software y otros contenidos digitalizables, hay muchísima gente trabajando y capital invertido detrás. Por esto, permitir libremente las copias no sólo acabaría con las industrias que generan contenidos, sino que éstos terminarían desapareciendo si no hay una forma de hacer viable económicamente su producción. La respuesta tendrá que ver con reformas a las leyes de propiedad intelectual pero también con cambios en los modelos de negocio de estas industrias, que todavía responden al paradigma de la sociedad pre-digital.
La industria del software está encaminada hacia una adaptación de la mano de los modelos de software como servicio, donde ya no se instala una aplicación que puede ser copiada, sino que se la usa estando conectado. En el caso de la música, está migrando sus ingresos desde la venta de CD o descargas hacia los ingresos por conciertos, merchandising y otros subproductos. Y en el caso de la industria del cine y la TV, quizás parte de la solución pase por el desarrollo de modelos de distribución online, sean pagos o financiados por publicidad.
Está claro que el derecho de autor tal como lo conocemos no se adapta a las “nuevas tecnologías”, por lo que es imperativo aggiornarlo. Sino, y volviendo a la comparación, será como con el tema de las drogas. Se las viene combatiendo bajo un modelo represor desde hace décadas, pero cada vez se consumen más y cada vez hay más delito alrededor de las mismas. Más allá de cual sea la solución, en ambos casos parece estar demostrado que la estrategia actual de combate frontal es un fracaso.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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