Hasta hace no mucho tiempo atrás, no era inusual el enfrentamiento entre operadores de telecomunicaciones móviles y municipios por la instalación de antenas. Y lo peor era que al no haber un marco común en la materia, cada municipio establecía su propia normativa, generando un verdadero dolor de cabeza para los operadores y atentando de paso contra el buen servicio a los clientes.
Sin embargo, y como consecuencia del trabajo conjunto de operadores, la FAM (Federación Argentina de Municipios) y la Secretaría de Comunicaciones (¡al fin una buena!) se firmó esta semana el Código de Buena Prácticas. El mismo tiene por objeto establecer un marco para la instalación de antenas respetando el medio ambiente y garantizando niveles de radiación que respeten los máximos establecidos por el Ministerio de Salud. También da pautas para las ordenanzas fiscales y tarifarias.
Con este nuevo código, progresivamente deberían ir desapareciendo los problemas en las comunicaciones atribuidos a la escasez de antenas. Una demostración de que si hay predisposición real al diálogo, se puede avanzar positivamente en temas conflictivos.