En cómodas cuotas

Si bien en algún momento las grandes cadenas minoristas amenazaron con desterrar el pago en cuotas sin interés vía tarjeta de crédito, la realidad se ocupó de torcer la historia. En las últimas semanas no sólo volvieron, sino que lo hicieron con renovados bríos. En la categoría de electrónicos, ya no se habla de 6 o 12 cuotas sino de 50. Lo que empezó como una forma de fomentar las ventas de televisores LCD con vistas al próximo mundial de fútbol derramó rápidamente a las computadoras portátiles, colaborando sin dudas para que al cierre de este año, las ventas de notebooks y netbooks superen en cantidad a las de escritorio.
Resulta llamativo que el agresivo retorno de la venta en cuotas se dé en un escenario donde, reconocida o no, la inflación sigue su camino ascendente. Así, 50 cuotas fijas permiten especular que, con el correr del tiempo, el valor de las mismas tienda a ser notablemente inferior en términos de poder de compra de lo que es hoy. No obstante, este fenómeno deja algunas reflexiones.
La primera tiene que ver con el sobreprecio que se está pagando por estos bienes. No existe tal cosa como el almuerzo gratis. Las cuotas serán fijas, pero no por eso sin interés, el cual está implícito en el precio final del producto. Nadie invierte su capital para que se lo devuelvan en poco más de 4 años sin ninguna tasa de retorno. Pero lo paradójico del caso es que el precio de contado es exactamente el mismo, lo que encarece entonces estos bienes para aquellos que no tienen acceso a la financiación de la tarjeta, ya sea porque no la poseen o porque su límite de crédito no alcanza para cubrir el precio del producto. De alguna forma entonces, se podría decir que es una oferta regresiva, que favorece a los que más tienen.
La segunda reflexión es que, en el caso de las computadoras, pagarlas a más de 4 años equivale en muchos casos a estar abonando una cuota durante su vida útil. Así, la compra de computadoras se convierte, no en términos contables pero sí reales, en un gasto mensual más que en una inversión que requiere un desembolso de capital inicial. ¿Estaremos ante lo que se podría bautizar, en términos marketinero-tecnológicos, como hardware as a service?

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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