Bajo la lupa

Como suele suceder cuando una empresa tiene una posición dominante en un mercado determinado, más tarde o más temprano es motivo de algún tipo de investigación respecto de sus prácticas (al menos en el primer mundo). Así, en realidad no debe llamar la atención que sea ahora el turno de Google.

La empresa del buscador será examinada por las autoridades antitrust de la Unión Europea por supuestos abusos de posición dominante en el mercado de las búsquedas online. Básicamente se investigará si dio un trato preferencial a sus propios servicios en los rankings de resultados de búsquedas, discriminando a sus competidores. Adicionalmente, se analizará si impuso obligaciones de exclusividad además de restricciones a que los anunciantes pudieran mover sus datos a plataformas competidoras.

La noticia da lugar a un par de comentarios. El primero es que pareciera haber una mayor actividad antimonopólica en la Unión Europea que en los EE.UU. Quizás esto tenga que ver con que los reguladores estadounidenses tienden a actuar sólo cuando hay evidencia de maniobras que afecten la competencia, mientras que los Europeos se preocupan más por generar las condiciones para un mercado abierto y justo. Esto, que parece una sutileza del lenguaje, hace que unos sean reactivos y los otros preventivos.

El otro punto es que estos procesos suelen ser largos, desarrollándose a términos de años, no de meses. Pero esta lentitud, de comprobarse los cargos que se investigan, puede hacer que para cuando finalmente se imparte justicia, los demandantes ya estén fuera del mercado. Así, una justicia lenta no es justicia.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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