Cuando tiempo atrás Nokia decidió reemplazar a su CEO, eligió a un hombre proveniente de la industria del software. Por supuesto, hubo escépticos que dudaban de si su background era el adecuado para manejar los destinos del principal fabricante mundial de celulares. No obstante, en su momento el argumento de quienes defendían la decisión era que hoy el negocio de los móviles se basa en el software (plataforma, aplicaciones) como factor diferenciador.
Más tarde vino la polémica decisión de decretar la defunción de Symbian como sistema operativo de los smartphones para adoptar Windows Phone. También el envío al freezer del desarrollo de Meego. Y ahora, la de vender esta semana su herramienta de desarrollo de aplicaciones Qt, sobre la cual Nokia tenía puestas grandes esperanzas ya que permitía desarrollar una vez y portar a las diferentes versiones de sistemas operativos que impulsarían a sus celulares (Symbian S40, S60 y Meego).
Paradojas de la vida, el hombre del software se deshizo de éste para convertir a Nokia en una empresa eminentemente de hardware. ¿Se habrá asustado al ver el estado del área de software de Nokia y pensó que eso era insalvable? Ojalá algún día lo sepamos. De curiosos nomás.