¿Será un aMeeGo?

Esta semana, el mundo de los smartphones se vio sorprendido por el lanzamiento del Nokia N9. En medio de una dura y difícil transición, que Nokia introduzca al mercado un smartphone de alta gama es una noticia a priori positiva, especialmente para el futuro de la empresa y su base de fieles seguidores (que no es menor). Pero el N9 tiene una sorpresa: no es el primer equipo de la empresa finlandesa con Windows Phone 7, ni tampoco una versión high-end de sus smartphones basados en Symbian. Es el primer ¿y único? equipo impulsado por el sistema operativo MeeGo. Se trata de aquél que se comprometiera a desarrollar con Intel y que, en el anuncio del acuerdo con Microsoft, quedó posicionado casi como una entelequia, más aún cuando se confirmó que el foco estaría puesto en Windows lo que implicaría que se le quite recursos a su desarrollo.

Sin dudas, el lanzamiento del N9 (que por lo visto en algunos videos más los comentarios de quienes lo probaron parece muy interesante) generó un poco de confusión. ¿Por qué Nokia lanza un equipo de alta gama basado en un sistema operativo que tendrá baja escala de producción? Está claro que no será interesante para los operadores que deberán dar soporte a un modelo único, al igual que para los desarrolladores de aplicaciones, hoy con mucho foco en Android y iOS y expectantes respecto a lo que Windows Phone 7 pueda aportar.

De por sí, las estrategias de múltiples sistemas operativos para un mismo fabricante no son simples, pero se hacen más complicadas si existe una asimetría en los volúmenes de los dispositivos. Es decir, si uno de éstos es más bien un one and only frente a una línea completa de equipos. Pero además el anuncio se presenta atemporal en momentos en que todos los recursos de Nokia en términos de desarrollo deberían apuntar a las líneas que responden a su estrategia manifiesta, comenzando por los equipos con Windows Phone que serán la base de los equipos que los finlandeses ofrezcan en los próximos años y siguiendo por los basados en Symbian que deberán hacer que la transición sea lo más suave posible.

En definitiva, el lanzamiento del N9 parece querer demostrar que Nokia no perdió la capacidad de innovar y de hacer productos atractivos. Algo así como una declaración de “acá estamos, seguimos vivos y vamos por más”. Aunque quizás esta movida tenga un daño colateral. Y es que algunos podrán cuestionar (ahora con más argumentos) que la decisión de abandonar una plataforma propia por otra también nueva pero de terceros no necesariamente haya sido la mejor opción.

Seguramente el motivo (oficial) de este lanzamiento es que el producto ya se encontraba en un estadio de desarrollo avanzado cuando se anunció el acuerdo con Microsoft. ¿O será que el desarrollo de MeeGo sea un plan B si esta unión no da los resultados esperados?

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

Your sidebar area is currently empty. Hurry up and add some widgets.