Socializar es más divertido

Si bien los smartphones actuales son verdaderas computadoras de bolsillo, capaces no sólo de ofrecer múltiples formas de comunicación sino también acceso a contenidos multimedia, lo que más motiva hoy la adopción de smartphones y servicios asociados pasa por la socialización. La misma se logra tanto vía aplicaciones de mensajería (mail, mensajería instantánea) como de redes sociales (mayormente Facebook y también Twitter). Y lo interesante es que más allá de los distintos segmentos de usuarios, se trata de una necesidad que alcanza a todo tipo de usuario. Esto surge del informe “El usuario ante los smartphones – 2011”, recientemente lanzado por Carrier y Asociados.

Detrás de esta atracción por las funciones de socialización se esconde un cambio profundo y relevante en el perfil de usuario. A diferencia de lo ocurrido en los primeros años, el uso de un smartphone ya no tiene una connotación netamente laboral. Lo que nació como una herramienta de trabajo, con funcionalidades de PIM (Personal Information Manager, o sea contactos, calendario, notas, etc.) más mail está mutando velozmente hacia un producto de atracción masiva.

Como resultado de este cambio, el mail pierde fuerza como aplicación convocante y el eje se corre hacia las redes sociales. La socialización se establece a través de sus múltiples aplicaciones, con Facebook y Twitter facilitando tanto las conversaciones individuales (privado, DM) como grupales y/o públicas.  El acceso a estas redes se convierte así en un importante impulsor en la adquisición de smartphones.

Pero además, la actualización a un smartphone suele conllevar la contratación de abonos de datos. Esto responde no sólo al empuje de la oferta, que asocia el subsidio del terminal a un compromiso de abono, sino que cobra un rol relevante al asegurar que esa “presencia” en las redes sea constante. Esto no ocurre con quienes tienen un smartphone sin abono de datos y se conectan intermitentemente vía WiFi.

Resulta interesante observar que cuando el usuario no contrata un abono de datos, la socialización se reduce al SMS y cobran más relevancia la música y los contenidos multimediales así como los juegos. En este caso el smartphone queda reducido a un dispositivo de entretenimiento off line. Inversamente, puede observarse que a partir de la conectividad permanente los usuarios tienden a dejar de lado el consumo multimedia para privilegiar a la socialización.

En definitiva, no se trata de la desaparición del entretenimiento sino de un cambio en los contenidos. Ya no prima el consumo audiovisual sino el comunicacional emergente de la interacción a través de las distintas plataformas.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

Entradas recientes

Comentarios recientes

Archivos

Categorías

Meta