Archivoagosto 2011

Mercado dinámico

Está claro que el de los celulares es un mercado más que dinámico, que se reconfiguró totalmente en los últimos 4 años. Y la mejor forma de verlo es a través de este video, que muestra la evolución de los envíos, precio, ingresos y rentabilidad de ocho de los principales fabricantes. Se ve claramente el impacto de los smartphones en el negocio.

Adiós al básico

Alcanza con ver dónde está puesto el énfasis de las promociones y publicidades de celulares para darse cuenta de que la industria está en pleno proceso de upgrade de los terminales. Hoy éstas giran en torno de los smartphones y teléfonos sociales, lo que se refleja en la participación de éstos en la torta total. Tomando el primer semestre de 2011, ambas categorías alcanzaron combinadas el 47% del total, lo que implica una importante suba respecto del 28% logrado en todo el 2010.

El mercado de terminales celulares puede dividirse en cuatro grandes categorías: básicos, feature phones, sociales y smartphones. Los básicos son aquellos orientados a las comunicaciones tanto de voz como de SMS, que apenas en algunos casos incluyen cámaras de baja resolución y/o capacidad precaria de reproducción de archivos de audio. Los feature phones son los orientados a una característica dominante, como la capacidad de reproducir un MP3 (con controles dedicados para esta operación) o aquellos con cámaras de alta resolución y ajustes para mejorar las capturas. Los sociales son los destinados a la mensajería, formada por equipos con teclado QWERTY o pantalla táctil que, sin ser smartphones, permiten el uso de aplicaciones tales como mail, mensajería instantánea (Messenger) y redes sociales (Facebook, Twitter). Finalmente, los smartphones son aquellos cuyo sistema operativo acepta aplicaciones nativas, proveyendo una plataforma e interfaz estandarizada para los desarrolladores de aplicaciones (Symbian, Blackberry OS, Windows Mobile o Phone, iPhone OS, Android, Bada), pudiendo realizar más tareas que cualquiera de las categorías anteriores.
El avance fue mayor por el lado de los teléfonos sociales, que pasaron del 14 al 28% de participación. No obstante, conviene destacar que no necesariamente esto implica que sus capacidades para acceder a servicios basados en Internet (como mail, mensajería instantánea o redes sociales) sean utilizadas. Aún en el caso de que sean vendidos con abonos que incluyen cierto tráfico de datos (más allá de minutos de voz y paquetes de SMS), al estar incluidos todos en un único abono (sin discriminar cuánto se paga por cada servicio), es más que probable que la gran mayoría sigan siendo utilizados para hablar e intercambiar mensajes de texto.
Por otra parte, habida cuenta de que los feature phones mantienen una participación similar (33%), los grandes perdedores fueron los teléfonos básicos, cuya porción cayó del 38% al 20%.
Para finalizar, conviene destacar que esta comparación toma en cuenta todo el 2010 contra sólo la mitad del 2011, es de esperar que estas tendencias terminen profundizándose cuando el presente año hay culminado.

Acampando en la cima

Esta semana, caracterizada por los vaivenes de las bolsas mundiales, tuvo una particularidad para la industria tecnológica: Apple alcanzó el primer lugar como la empresa de mayor valuación bursátil. La volatilidad que registraron los mercados en los últimos días fue tal, que no hay forma de prever si para cuando estas líneas sean leídas la situación será la misma. No obstante, el mero hecho de que Apple haya llegado a esta posición merece la atención.
Por lo pronto las aguas parecen divididas entre quienes creen que la empresa está allí por mérito propio y que llegó para quedarse frente a quienes sostienen que en cuando las aguas se calmen, las cosas volverán a su lugar.
Quienes creen que Apple está allí por mérito propio tienen sus argumentos. En un período de 15 años (desde que su fundador, Steve Jobs volvió a la empresa que lo había “despedido”), pasó de estar cerca de la bancarrota a ser una de las estrellas del mercado bursátil. En líneas generales, su posición actual es sin dudas un reflejo de la creciente influencia de la industria tecnológica en la economía global. En una visión más particular, su liderazgo refleja el cambio de las eras en la industria tecnológica. Primero fue IBM cuando las computadoras eran territorio exclusivo de las empresas. Luego fue Microsoft, cuando la computadora se hizo personal y se masificó. Más tarde fue Google, reflejando la revolución que introdujo Internet. Ahora es Apple, cuando ese mundo de tecnología personal y conectada se hizo móvil.
No faltará quien afirme, con algo de razón, que la posición relativa actual de Apple es también consecuencia de la caída en el precio del petróleo (lo que afectó a la petrolera Exxon y la desbancó del primer lugar). Pero tampoco hay que olvidar que el mes pasado Apple mostró impresionantes resultados trimestrales, con un aumento de sus ingresos del 82%, al tiempo que marcaba que la empresa cuenta con más efectivo que el mismísimo gobierno de los EE.UU.
No obstante, también hay que ser cautos. No es la primera vez que una empresa tecnológica alcanza la cima mundial de la valuación bursátil. Fue en marzo de 2000, momentos en que la burbuja tecnológica se aprestaba a estallar, cuando Cisco alcanzó una valuación de US$ 500 mil millones. Trazando paralelismos, hoy se discute si estamos en presencia de una nueva burbuja tecnológica, aunque ciertamente no con las características de aquella.
Por otra parte, conviene recordar que los liderazgos en la industria tecnológica son con fecha de vencimiento. Y en líneas generales, cuando se está en la cima, lo más probable es que sólo quede el camino descendente. O, visto de otra forma, más difícil que llegar es mantenerse.
Si hay que hacerle caso a las grandes máximas de los expertos en materia bursátil, parece ser el momento de vender acciones de Apple (quien las tenga, obvio). Por aquello de “vender cuando está alto y comprar cuando está bajo”.

Derribando muros

Esta semana se produjo una noticia que pasó casi desapercibida: Amazon lanzó un lector de Kindle para la Web. Pero su impacto va más allá de los e-books y los e-readers.
Lo que lanzó Amazon es en realidad una aplicación en HTML5. Se trata de una extensión del lenguaje de programación que domina la Web pero que tiene la particularidad de soportar los últimos avances en multimedia al tiempo que es comprensible por computadoras y dispositivos de diversas plataformas. Estas características lo posicionan como la gran esperanza para terminar con la fragmentación que se da particularmente en el caso de los dispositivos móviles, donde cada plataforma (iOS, Android, BB OS, etc.) requiere de aplicaciones específicas. Con HTML5, la misma aplicación puede ejecutarse (en teoría) indistintamente en cualquier dispositivo. Así, se vuelve a avanzar en dirección de los servicios y contenidos universales, algo que ya habían logrado las computadoras personales a través del navegador, pero que los smartphones habían hecho retroceder con el surgimiento de las aplicaciones específicas para cada plataforma.
En el caso particular de la aplicación de Amazon, accesible desde https://read.amazon.com, la misma permite no sólo utilizar una computadora con un navegador Chrome o Safari como un e-reader. El punto de poder usar Safari es el más relevante, ya que permite acceder a la aplicación desde las tabletas iPad, no sólo para leer los e-books sino también para comprarlos. De esta forma, y aquí está el dato jugoso, Amazon puede sortear el cerco impuesto por Apple a las aplicaciones y contenidos (incluyendo los pagos) disponibles para su tableta. Por lo tanto, con esta aplicación de Kindle para iPad, Amazon no tiene que pagar el 30% que Apple exige a quienes venden a través de aplicaciones nativas para iPad. Al ser a través del navegador, Apple ya no intermedia en esta venta.
La gran virtud de las aplicaciones basadas en HTML5 entonces es que elude el control férreo de las tiendas de aplicaciones para smartphones y dispositivos portátiles como las tabletas, al tiempo que simplifica la vida de los desarrolladores, que ya no deben trabajar para cada plataforma específica. En otras palabras, puede ser el principio del fin de las tiendas de aplicaciones. Como para seguir el tema con atención.

El MTV de los 2000

MTV, el canal de videos musicales (descripción un poco anacrónica en la medida en que hoy pululan diversos realities por su pantalla) que marcó un antes y un después en el negocio discográfico, acaba de cumplir 30 años. Pero ya está claro quién es su sucesor: YouTube.
Según este ranking de videos más vistos de todos los tiempos, de los 10 primeros, 8 son videoclips musicales. Siendo que el 1° del ranking tiene más de 600 millones de vistas, resulta evidente que YouTube es utilizado como una suerte de rocola, tal como sucede con algunos canales de videos musicales, donde no siempre su público está mirando, pero sí oyendo.
Se trata también de otra forma de ver cómo la TV paga está siendo desplazada por Internet como forma de distribución de contenidos.

Linkeando

  • Localizando Netflix: Ya es oficial desde hace un tiempo el desembarco de Netflix en Latinoamérica. Y como parte de esta estrategia, también se sabía que había logrado acuerdos con cadenas brasileras y mexicanas para adquirir contenidos locales. Pero nada se hablaba de Argentina. Ahora todo parece indicar que será Telefé (en su variante Internacional) quien proveerá contenidos de estas tierras. [TV Latina]
  • Sin visa para Symbian: Nokia se apresta a un cambio radical en su estrategia de cara al mercado estadounidense. Para ello, apuntará toda su artillería a los equipos con Windows Phone. Los básicos y aquellos basados en Symbian serán historia en aquel país. [All Things Digital]
  • Malos ejemplos: Ya casi estamos acostumbrados a las prácticas mínimamente dudosas de Facebook en cuanto al manejo de la privacidad de sus usuarios. Lamentablemente, los malos ejemplos son contagiosos, y ahora es Linkedin quien está comenzando a activar por defecto opciones que atentan contra la privacidad. Si sólo usaran su capacidad para el bien… [Gizmodo]

¿Tu Sam o Tru Chan?

Las proyecciones a años vista siempre son complicadas, y más aún en un mercado tan cambiante como el tecnológico. Por eso, tirar cifras al 2020 puede ser temerario o totalmente irresponsable. Esto es así para el devenir de una tecnología, pero lo es mucho más cuando se trata de establecer la participación de mercado de una determinada marca en una tecnología específica. Aquí ya no sólo influirá la evolución tecnológica per se, sino también el propio accionar de cada empresa en ese mercado. Por eso, si alguien dice que en ese año Apple tendrá el 60% del mercado de tabletas, claramente está jugueteando con el Excel. Poco serio.

El móvil se fija

El mercado de acceso a Internet residencial se encuentra claramente dominado por las tecnologías fijas, con el ADSL a la cabeza seguido del cablemódem. Aunque muy lejos en términos porcentuales, en el 3° lugar aparece la tecnología celular a través de los módems 3G. Estos datos surgen del informe “Acceso a Internet Residencial – 2011” realizado por Carrier y Asociados.
En líneas generales, la de ADSL se mantiene como la tecnología dominante, presente en el 59% de los hogares conectados, mientras que el cablemódem llega al 32%. Este último tiene su mayor penetración en niveles socioeconómicos (NSE) altos. En esto hay mucho de razones históricas, ya que el servicio arrancó en las zonas de mayor NSE de su cobertura de TV por cable, así como económicas, habida cuenta de que se trata de hogares que además de Internet tienen un servicio de TV paga.
Considerando que los niveles socioeconómicos altos ingresaron antes al mercado de acceso a Internet, no sorprende que el uso de ADSL crezca en la medida en que desciende el NSE del hogar, siendo los niveles medios y medio bajos los responsables del crecimiento de los últimos años.

 
Detrás de estas tecnologías de conexión, aparece la de 3G en el 3° lugar, con un 4%, lo que representa aproximadamente unos 200 mil hogares. La distribución del acceso fijo vía redes celulares presenta una distribución bastante homogénea en función del NSE. Conviene aclarar que se hace referencia a la tecnología 3G como forma de conexión en el hogar, sin considerar aquellos casos en que ésta es utilizada únicamente como forma de acceso en situación de movilidad.
Por el lado de los ISP, se observa una fuerte concentración en tres grandes grupos empresarios: Telefónica, Telecom y Clarín. Combinados, alcanzan al 83% de los hogares.

¿Se abre el juego?

Esta semana el diario El Cronista publicó una noticia que no por haber pasado bastante desapercibida deja de ser relevante, especialmente a mediano plazo. Se trata de la autorización para que se instale en la Ciudad de Buenos Aires un nuevo operador de TV paga, algo que no ocurría desde hace prácticamente una década. La beneficiada es Teledifusora S.A., sociedad que ofrece servicio de TV paga en la ciudad de Rosario bajo la marca CableHogar.
Como la empresa no tiene infraestructura propia, deberá arrendarla. Según el artículo, quien la proveería sería Iplan. De confirmarse esta elección, la misma tendría ventajas y limitaciones.
Entre las ventajas se pueden destacar dos. La primera es que Iplan cuenta con una red moderna, totalmente IP y que llega con fibra óptica mínimamente a cada manzana que cubre, lo cual le asegura la capacidad necesaria para transmitir video no sólo en modo broadcast sino también para video bajo demanda. Por otra parte, tiene toda su red bajo tierra, lo que le evita los problemas de tendido aéreo que sí afectan a Gigared (empresa que también cuenta con licencia pero en conflicto con la ciudad por este tema).
No obstante, la desventaja de la red de Iplan es su escasa cobertura geográfica, de tan sólo unas 555 manzanas en micro y macrocentro, una zona donde abundan los clientes comerciales, pero no tanto los residenciales. No obstante, también cuenta con troncales que llegan casi hasta la Av. Gral. Paz. Esto pone en evidencia que las limitaciones para que una empresa de telecomunicaciones pueda dar servicios de TV actúan como disuasor para que ésta invierta en la extensión del tendido de sus redes. Algo que la ley de medios debiera haber contemplado como una forma de asegurar la expansión de la infraestructura, permitiendo una mayor difusión de voces. Pero, recordemos, desde el punto de vista infraestructura, la ley se hizo pensando en el siglo XX y no en el XXI. Será cada vez más evidente.
Más allá de lo expuesto, lo concreto es que en un plazo de un año (prorrogable por seis meses), el nuevo operador debería estar dando servicio en la ciudad. Y la competencia, cuando se da en un marco de igualdad, siempre es buena porque termina beneficiando al consumidor.

El estándar no estándar

A fines de este mes, se cumplirán dos años desde que la Secretaría de Comunicaciones adoptó el estándar ISDB-td, la norma japonesa-brasilera para la TV Digital. A pesar del tiempo transcurrido, todavía en su gran mayoría los televisores fabricados localmente no incorporan esta capacidad. Esto suena ilógico, siendo que es la norma del mercado al cual se destina esa producción. Se trata sin dudas de una de las razones por las cuales el plan conocido como “LCD para todos” está lejos de cumplir con las expectativas generadas.
Un indicio de lo que sucede está en uno de los testimonios de esta nota, donde un entrevistado afirma: “No es sencillo producir estos televisores, porque tienen sintonizador digital incorporado según la reglamentación de la Argentina; se necesita adaptar la producción y por eso todavía no hay muchos fabricantes que posean una gran disponibilidad de aparatos”. Lo que esta declaración deja ver es que la producción de Tierra del Fuego es mayormente el ensamble de kits fabricados en otros mercados que no utilizan esta norma. Pero al mismo tiempo marca que la capacidad instalada en la promovida isla no incorpora aún la sofisticación necesaria como para poder adaptarlos a los estándares vigentes en el país.
Es por esto que si alguien quiere sintonizar la TDT local, el camino más efectivo es anexándole el decodificador externo que se conecta a la TV. Claro que su precio y la necesidad de anexar un dispositivo adicional al televisor es un gran freno para la mayor difusión del servicio.
Siendo que existe tanto interés político por parte del gobierno para desarrollar la TDT, se impone una solución a esta limitación. En el caso contrario, se hará difícil sostener las inversiones necesarias para transmitir bajo esta norma ante la ausencia de un mercado de dimensiones que las justifique. Mientras esta situación no cambie, los operadores de TV paga (y especialmente los que aún no lanzaron servicios digitales) respirarán aliviados.

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