Viva la promiscuidad

Esta semana fue rica en novedades relativas a la industria móvil, más particularmente por el lado de los involucrados en los dispositivos, tanto desde los sistemas operativos como a nivel de procesadores.
Uno fue el anuncio que Qualcomm, el principal proveedor de chipsets para smartphones, dará soporte al futuro Windows 8 no sólo en PC sino también en celulares. De esta forma, el sistema operativo de Microsoft será diseñado para residir tanto en uno como otro tipo de dispositivo (algo que hasta ahora no sucede). Por otra parte, Qualcomm extiende su alcance más allá de los móviles para ganarse un lugar en el escritorio, aportando además sus tecnologías de conectividad 3G, 4G, bluetooh y Wifi a las computadoras personales. Y, dicho sea de paso, se mete como cuña en la histórica combinación WinTel.
Por otra parte, esta fuerte asociación entre Microsoft e Intel que se da en el mundo de las PC no se repetirá en los móviles, ya que Google e Intel anunciaron que trabajarán en conjunto para optimizar versiones futuras de los procesadores de bajo consumo energético Atom (hoy muy populares en las netbooks). Para Intel esto es positivo porque la empresa aún no pudo hacer pie en el mercado de procesadores para móviles y la cosa se complicaría a futuro habida cuenta de que todo parece indicar que tablets y smartphones seguirán creciendo impactando negativamente en las ventas de PC. Para Google, tiene la ventaja de aumentar aún más la capacidad de distribución de su plataforma Android. Algo que no es menor teniendo en cuenta los movimientos de algunos de sus principales socios en materia de smartphones.
Justamente con estos últimos la relación comienza a dar indicios de no ser todo lo fluida posible. Es que con la estandarización de algunos smartphones sobre la plataforma Android se limitan las posibilidades de diferenciación para los fabricantes. Y la necesidad de contar con un plan B en materia de sistemas operativos se hizo evidente en las últimas semanas. Primero, con Samsung anunciando nuevos smartphones con su sistema operativo Bada, que se sumarán también a aquellos con Windows Phone. Luego esta semana la cosa se puso interesante con HTC, cuya CEO declaró que están evaluando la compra de un sistema operativo para móviles y todos los dedos señalan al WebOS, recientemente puesto en el freezer por parte de HP.
Si bien en la industria móvil muchos apuestan a la consolidación de plataformas haciendo hincapié en el peso de las tiendas de aplicaciones, el panorama no parece tan evidente a mediano y largo plazo. La historia marca que el desarrollo de las PC como producto masivo se dio con la irrupción de Internet, que puso el foco en las aplicaciones (webmail, Facebook, Twitter, etc.) y contenidos (diarios, videos, música) accesibles desde la Web más que en la plataforma. Hoy, lo mismo da tener una PC con Windows, Linux o una Mac. Aplicaciones y contenidos en la Web son accesibles indistintamente. El modelo actual de aplicaciones en los celulares tiene mucho de esa primera hora de la PC, por lo que lo lógico será que todo tienda también en este caso a estar en Internet. En este sentido, el desarrollo de servicios y contenidos vía HTML5 es visto como la mejor forma de lograr interactividad desde los navegadores móviles, prescindiendo de una aplicación específica para cada formato. Otra de las grandes ventajas de este lenguaje es que permite desarrollar sitios multiplataforma, que pueden ser accedidos desde distintos dispositivos, sean PC, smartphones, tabletas o lo que vaya surgiendo.
Paradójicamente, fue Apple con su ecosistema cerrado para su iPhone quien más impulso le dio a HTML5, al resistirse a que sus equipos móviles incluyeran soporte para Flash. Algunos proveedores de contenidos vieron que este lenguaje les permitía circunvalar el cerrado mundo del AppStore y sus condiciones, a veces draconianas (como le sucedió con el Financial Times, que abandonó la aplicación por un sitio en este formato).
En definitiva, fabricantes de hardware y desarrolladores de plataformas podrán combinarse promiscuamente aunque ya no será relevante. En la medida en que permitan el acceso a servicios y contenidos en Internet, las distintas combinaciones de hardware y software serán un problema de la industria, no de los usuarios.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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