Divisando la portabilidad

Con la puesta en marcha del proceso de portabilidad a la vista, crecen las expectativas respecto de la dimensión de la migración de clientes. Es que en la decisión de cambiar de operador, aun manteniendo el número, inciden otros factores más allá del precio o la calidad de servicio que hacen difícil predecir con precisión cuál será el impacto de la implementación de la medida.
Complejidad del proceso de cambio, costo asociado, vencimiento de contrato, pérdida de planes de fidelización, posibilidad de usar los terminales en la nueva red se suman a la prioridad que el cambio tenga para el usuario, independientemente de la insatisfacción con el proveedor actual o lo tentador de una oferta de cambio. Luego se agregan otros factores, como la incertidumbre respecto de la calidad de un proveedor nuevo o las características personales de los usuarios (ej: procrastinadores). Así, una declaración de intención de cambio no se traduce linealmente en una acción.
Del informe “Telefonía Móvil – Segmento individuos 2011” surge que el 21% de los usuarios de celulares manifiesta interés por cambiar de operador ante la implementación de la portabilidad. Una cifra altísima a priori, pero no tanto si sólo la mitad de éstos tienen en claro que operador alternativo consideraría. Dentro del proceso de cambio, éstos aún se encuentran claramente en una etapa de “contemplación”, donde el cambio es una posibilidad, pero aún no está el ánimo para realizarlo.

Hay así un 11% que tiene intención de cambio habiendo identificado un proveedor alternativo. No obstante, todavía quedan “obstáculos” por delante como para pensar que todos saldrán desesperados a portar sus números en la primera semana. Adicionalmente, hay que considerar que en el ínterin todos los operadores estarán activamente tratando de retener y/o atraer clientes, con lo que la situación cambia y exige nuevas evaluaciones. Así, es razonable pensar que finalmente la tasa de cambio anualizada esté en niveles similares a los del resto de países de la región donde ya se implementó esta medida, entre el 1 y 3% anual.
Más allá de lo relativo de los números cuando de un accionar futuro y en un contexto incierto se refiere, las respuestas permiten igualmente detectar tendencias. Si consideramos la identificación de un proveedor alternativo como un indicador de una mayor voluntad de cambio, se observan diferencias por edad y NSE. La predisposición al cambio es mayor en la medida en que sube el nivel socioeconómico y en que desciende la edad.
Por otra parte, se observan diferencias en cuanto a los operadores a elegir ante el cambio, observándose cierta correlación con las capacidades de sus respectivas infraestructuras en las distintas zonas geográficas.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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