A paso de caracol

Quizás porque era una promesa desde el 2000. Quizás porque desde principios de este año se empezó a agitar la idea de cambiar libremente de operador sin tener que comunicar un cambio de número a todos nuestros contactos. Lo cierto es que el anuncio de la portabilidad generó en la industria una enorme expectativa que, al menos por el momento, no viene teniendo su correlato en el accionar de los clientes/usuarios. Es que según supimos extraoficialmente, pero de fuentes inobjetables, hasta mediados de mayo sólo se habían producido un total de 20.000 cambios de operador utilizando el mecanismo de la portabilidad. De mantenerse este nivel, los cambios no llegarían siquiera al 1% anual. Bien por debajo de lo previsto (nos incluimos) y de lo sucedido en otros países.
Según con quien se hable, diversas pueden ser las causas para tan baja respuesta. Para muchos, la razón es que la gente se queja más de lo que actúa. Si bien esto es cierto, tampoco alcanza como explicación. Otra razón es que en muchos casos los usuarios no perciben diferencias sustanciales entre operadores, por lo que es habitual que crean que un cambio implicará un trámite, pero no mayores beneficios. Por otro lado, no hubo ofertas imbatibles por parte de los operadores, quienes quizás evaluaron que no era conveniente atraer clientes buscadores de precio, ya que éstos son poco fieles y tienen un costo de adquisición alto.
Pero quizás lo más relevante es la comunicación de esta posibilidad. Faltó una mayor difusión por parte del gobierno, explicando de qué se trata la medida y cuáles son los pasos para llevar adelante el cambio. Si bien la portabilidad es un tema de conversación para quienes nos movemos en esta industria, la cosa se diluye bastante cuando se frecuentan otros ámbitos. Por el lado de los operadores, estos apuntaron más a sus objetivos particulares: atraer y/o retener clientes más que explicar la medida y los detalles del proceso.
Entre quienes iniciaron el trámite de portabilidad, no es raro oír quejas respecto de las demoras, con tiempos que lejos están de las promesas iniciales. Al parecer, el proceso no está lo suficientemente aceitado, pero como hay poco volumen de operaciones esto no se nota tanto. Al menos no por ahora.
En cuanto a si hay por el momento algún ganador o perdedor entre los operadores, la cosa viene bastante pareja. Y con volúmenes tan bajos, la migración de una sola gran empresa (con algunos cientos de líneas) puede mover el amperímetro momentáneamente. Lo que sí podría impactar en el saldo de ganadores y perdedores sería que algún operador comprar SIM de algún competidor para migrarlas a su propia red y así mejorar su posición, cosa que ya sucedió en otros países de la región. Pero sería muy torpe…

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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