Regulando la movilidad

Es bastante habitual que cuando se intenta introducir mayor dinámica a un mercado determinado se hable de “desregular”. Pero no es ésta siempre la palabra apropiada, ya que muchas veces lo que justamente está faltando es una regulación que encauce el accionar de los actores hacia los objetivos buscados.

Con motivo de los recientes cortes en el servicio de Movistar y de Claro, la enérgica reacción del gobierno estuvo acompañada, además de las sanciones económicas, por reclamos de mayor inversión por parte de los operadores. Pero más allá de la parte que les toca, el gobierno tiene mucho que ver con las falencias del servicio y con que la inversión no haya sido mayor. Se trata de algo que por invisible no deja de ser relevante: el espectro.

Conviene recordar que la última licitación de espectro se realizó en 1999. Ese año, el mercado de celulares cerró con 4 millones de líneas. Hoy, no sólo hay 58 millones de líneas en servicio (según el INDEC), sino que éstas trafican además SMS y datos (cosa que no sucedía entonces) al tiempo que disponemos de números gratis para llamar desde el celular, lo que sin dudas carga aún más la red.  Para empeorar las cosas, sigue sin asignarse el espectro que devolvió Movistar en el 2008, y cuya licitación va a los tumbos de postergación en postergación. En resumen, en menos espectro que 13 años atrás tenemos 14 veces más líneas que además ofrecen nuevos servicios no disponibles en esos tiempos. Demasiado, aun considerando que las tecnologías actuales son más eficientes que las de aquél entonces.

Alguien podrá decir que la falta de espectro se atenúa con la colocación de más antenas, lo que hace que cada una de éstas deba transportar menos comunicaciones, lo cual es cierto, pero hasta cierto punto. No obstante, desde hace unos años ya que los operadores reclaman ante las autoridades por una política única y realista para la instalación de las mismas. Aquí el principal problema es que se trata de un tema de regulación a nivel municipal, lo que genera diferencias de un municipio a otro así como, en algunos casos, requisitos irreales para la instalación de las mismas. Tiempo atrás se habló de establecer una reglamentación única para todo el país, pero como tantas otras cosas, nunca se llegó a nada concreto.

Por delante, queda la licitación de espectro adicional, el cual debería destinarse a tecnologías 4G. Estaba prevista para principios de este año, pero viendo como viene la anterior, falta todavía un tiempo. Como detalle adicional, disponer de más espectro daría lugar a que hubiera nuevos operadores, generando mayor competencia que redundaría en más atención al servicio y actuando de freno contra las subas de precio. Lamentablemente, nada de esto veremos en el corto plazo.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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