Si bien las apps para smartphones están disponibles desde que éstos existen, no fue sino hasta la llegada del iPhone y su App Store que las mismas levantaron vuelo. Lo que antes requería acceder a sitios de apps (generalmente multiplataforma) para encontrarlas y tener alguna mínima destreza técnica para instalarlas se simplificó al extremo con una tienda de aplicaciones que era un ícono en la pantalla inicial del celular. Así, las apps se convirtieron en un concepto muy popular, con un 85% de los usuarios de datos móviles que por lo menos alguna vez descargaron una para su equipo. Esto surge del informe “Telefonía móvil – segmento individuos – 2013 ” recientemente realizado por Carrier y Asociados.
A pesar de lo difundido de la práctica de descargar apps, no todos los usuarios lo hacen con la misma intensidad. Sí colabora en el aprendizaje la extendida popularidad de Whatsapp, aplicación utilizada por el 97% de los usuarios de mensajería instantánea desde el celular [ver “Whatsapp, el nuevo SMS”]. Muchas veces, Whatsapp es una app que no viene preinstalada, ya que compite con los mensajeros instantáneos de las distintas plataformas. Android quiere que usemos Hangouts. Blackberry, BBM. Microsoft, Skype. Esto obligó entonces a un gran número de usuarios a tener que descargar e instalar esta app, independientemente de su nivel de conocimientos técnicos.
Este aprendizaje forzado se convierte en la puerta de entrada a las descargas para muchos. Aproximadamente 2/3 de los usuarios que consumen datos descargaron una aplicación en los 3 meses previos al relevamiento, de los cuales la mitad lo había hecho en la última semana. Esto indicaría que no se trata de un proceso que se da mayormente al adquirir un nuevo terminal y configurarlo con las aplicaciones deseadas, sino que la descarga de las mismas se mantiene a lo largo del tiempo.
Si bien no se observan grandes diferencias entre quienes descargan apps a sus celulares, sí existe una leve tendencia a que sea mayor esta práctica mientras sube el NSE así como cuando desciende la edad. Como sucede con otros aspectos vinculados a la tecnología, también los hombres son más propensos a hacerlo que las mujeres.
No obstante, estos niveles de descargas no deberían ser un motivo de descorche para los desarrolladores de apps móviles. Un 86% de quienes realizaron descargas sólo lo hacen de apps gratuitas. Este comportamiento es independiente del NSE, lo que significa que no existe una correlación con la capacidad económica ni con el acceso a medios de pago electrónicos. Para los desarrolladores esto es un claro indicador de que hay que buscar ingresos por otras fuentes que no sean únicamente el usuario final.