Daño colateral

La venta de la participación de Telecom Italia en Telecom Argentina naturalmente generó revuelo en el ambiente político y empresarial argentino. Sin embargo, sus causas no hay que buscarlas en el contexto del mercado local (trabas al giro de divisas, mayor presión gubernamental para aumentar las inversiones, etc.) sino en lo que ocurre muy lejos de aquí, en Europa.
El destino de sus operaciones locales era inevitable porque ya desde el anuncio del aumento de la participación de Telefónica en Telecom Italia quedaba en claro que no respondía a una estrategia pensada para apalancar su presencia en Latinoamérica sino en Europa [Ver “Siamo fuori?”]. Tiene que ver principalmente con una movida que busca fortalecer su posición en un mercado europeo muy atomizado (demasiado), buscando un tamaño que le dé mayores eficiencias y que simultáneamente permita si no blindarla ser mucho menos atractiva frente a un potencial intento de compra por parte de algún gigante norteamericano.
El proceso de consolidación de operadores que se insinúa en Europa tiene que ver con que en materia de telecomunicaciones, a diferencia de otras actividades, no hay allí un mercado común sino 28 mercados nacionales. En el viejo continente, hay 55 redes móviles (una cada 9 millones de habitantes) y 42 redes fijas (una cada 12 millones). Se trata de relaciones reñidas con las economías de escala que demanda una industria capital intensiva, como es el caso de las telcos. La situación se ve agravada por la crisis económica que atraviesan varios de sus miembros. En este escenario de debilidad, la amenaza americana es real, en momentos en que los operadores de EE.UU. están muy fuertes y sus pares europeos no tanto. Alcanza con destacar que recientemente Verizon compró la participación accionaria de Vodafone (principal operador móvil europeo) en la telco estadounidense por la friolera de US$ 130 mil millones. Y que a pesar de esta fabulosa inyección de efectivo, ya AT&T demostró su interés en comprar lo que queda de Vodafone. Así, la capitalización bursátil de Telefónica por € 55 mil millones no parece una cifra que pueda intimidar a un gigante estadounidense.
Volviendo a Telecom Italia, la movida reciente de Telefónica de ampliar su participación en Telco (la controlante del operador italiano) podría llevarla hasta un 70%. En otras palabras, de a poco, Telefónica se está quedando con Telecom Italia.
Y claramente, las operaciones de los italianos en Brasil (TIM) y Argentina (Telecom) se convirtieron para los españoles en un obstáculo regulatorio al tiempo que su venta significa una inyección de efectivo para mejorar la posición financiera de Telecom Italia, bastante debilitada luego de años de procrastinación en la búsqueda de una revisión estratégica de fondo. La venta de la participación en Argentina está prácticamente cerrada, aunque sorprendió que en el caso de Brasil sólo se anunciase la venta de las torres para servicios móviles. Da la impresión de que en Brasil no está dicha la última palabra, habida cuenta de que Telefónica pasará a controlar a TIM Brasil (operación móvil de los italianos) más Vivo (el Movistar brasilero). Pero más allá de lo que ocurra en el país vecino, las repercusiones de la operación en Latinoamérica no será otra cosa que daño colateral.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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