Operadores en transición

Un claro indicador de la etapa que viven ahora los operadores pudo obtenerse de lo que se hablaba en el MWC en materia de regulación. Está claro que en los últimos tiempos hay una tendencia creciente hacia la consolidación de operadores. Las limitaciones de espectro disponible y las demandas de inversión para el despliegue de redes tecnológicamente más modernas hacen que sea cada vez más complejo competir en el mercado si no se es “grande” en términos de abonados. Algo que pudo verse con claridad recientemente en los EE.UU. e intenta repetirse también en Europa. Pero aquí encuentra trabas adicionales provenientes de sentimientos nacionalistas (caso Telecom Italia) así como de un mercado que es común para muchas cosas pero no aún para las telecomunicaciones. Así, no faltaron quejas contra procedimientos antimonopolio y las políticas adoptadas por las autoridades de competencia y el consecuente pedido para que haya una mayor permeabilidad a un natural proceso de consolidación. Por supuesto esta es la visión de los grandes. Los chicos presionarán para un mayor compartimiento de infraestructura o en su defecto, para que los dejen vender.
El fastidio de algunos operadores se exacerba ante movidas de alto perfil, como la adquisición de Whatsapp por parte de Facebook. Una operación que en términos económicos fue muy superior a los intentos de adquisiciones entre operadores pero que no obstante enfrentan menores cuestionamientos desde el punto de vista regulatorio. Así, hubo pedidos para que la carga regulatoria sea más pareja, considerando que casos como Whatsapp ofrecen y ofrecerán servicios similares a los provistos por los móviles, como mensajes de texto y en breve también comunicaciones de voz. Tampoco faltaron reclamos para que estos servicios paguen a los operadores por el uso de la red, reflotando cuestionamientos hacia la neutralidad de la red, aunque aún no hay un sentimiento unánime para que esto se logre. No obstante, seguramente se insistirá con el tema. Total, el “no” ya lo tienen.
Desde una perspectiva más técnica, los operadores encaran proyectos de virtualización de sus redes: el reemplazo de los recursos de hardware de la red por software. O dicho de otra forma, el desacople de los servicios de infraestructura de los activos físicos sobre los cuales operan. Esto no sólo ayuda a reducir costos sino que le da una mayor flexibilidad y facilidad de administración a sus redes. Consecuentemente, permitirá productos y servicios más sofisticados, que serán notablemente más rápidos de implementar. Se trata de un cambio radical respecto del modelo tradicional de la industria de las telecomunicaciones, marcado por productos de lento desarrollo, largos ciclos de vida y basados en hardware especializado. Esto fue efectivo en su momento, pero el avance de servicios de comunicación competidores basados en software (ej: Whatsapp, Facebook, Skype) y que utilizan hardware estandarizado, surgidos de organizaciones muy dinámicas obliga a los operadores a adaptarse. Capacidades de análisis en tiempo real, optimización y geolocalización que se integran con fuentes de datos de distintos orígenes permiten servicios y modelos de ingresos novedosos y más sofisticados. Hacia allá van los operadores.
A esto se suma que los dispositivos a conectar a la red crecerán en forma exponencial en los próximos años, y el modelo de conectar personas a conectar cosas requiere cambios profundos en las redes. Es lo que está comenzando a suceder.
En definitiva, un mercado de operadores en plena transformación de su negocio y de su tecnología.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

Your sidebar area is currently empty. Hurry up and add some widgets.