Qué bien se TV

Quizás en uno de los secretos peor guardados de la industria, esta semana finalmente se confirmó la compra de DirecTV por parte de AT&T. El monto de la operación, US$ 48,5 millardos, sorprendió por su magnitud, por más que, como suele ocurrir en estos casos, resultó de una combinación de efectivo (30%) y acciones (70%). Tampoco sorprendieron las reacciones encontradas. Las de quienes creen que AT&T está ingresando en un negocio en baja como el de la TV lineal contra las de quienes ven una interesante movida en la tendencia hacia el cuádruple play.
Emitir un juicio definitivo a la distancia es complejo, ya que el diablo está en los detalles. Sin embargo, sí pueden analizarse algunos elementos que muestran como está cambiando el negocio de las telecomunicaciones, particularmente en aquellos mercados donde no hay trabas artificiales (como sucede con algunas regulaciones) a su desarrollo.
Con esta compra, AT&T adquiere una empresa que le aporta una gran base de clientes de TV (más de 20 millones) y una generación de caja importante (US$ 2,6 millardos el año pasado). Si bien muchos de los clientes de DirecTV en EE.UU. están en zonas rurales, la intención de AT&T para los próximos años es llegar con propuestas de banda ancha inalámbrica. La existencia del servicio de TV satelital en los mismos será entonces una puerta de entrada para extender la adopción de los servicios actuales de AT&T (telefonía fija, móvil y banda ancha). Así, podrá ofrecer todos los servicios, cursando la TV linear vía satélite y la TV bajo demanda vía banda ancha.
Por otra parte, con esta compra AT&T accede a contenidos exclusivos, como lo son los partidos de la NFL, equivalente a tener el campeonato local de fútbol, cuyos derechos hoy están en manos de DirecTV. Tan importante es este contenido que el acuerdo de compra incluye una cláusula que le permite a AT&T retirarse si DirecTV no renueva el acuerdo con la NFL (algo así como la AFA en Argentina).
La intención de AT&T, que ya tiene servicios de TV vía triple play con casi 6 millones de clientes, no sólo es poder competir con operadores de TV paga como Comcast, sino también tener contenido para difundir a través de su red 4G. Esto le daría una ventaja competitiva frente a sus rivales en servicios móviles. Según publicaron medios de los EE.UU., el operador maneja estadísticas que indican que hacer paquetes de contenidos de música y deportes en las tarifas de 4G impulsan su uso, equivalente a más del doble del realizado bajo 3G. Y esto, en un negocio que cobra por tráfico y no por ancho de banda, se traduce en mayores ingresos. Así se entiende la desesperación por asegurarse contenidos clave. La suba de capacidad de las redes debe ser acompañada por contenidos que la utilicen.
En línea con esto, en la semana en que se concretó esta operación, otro operador móvil, Verizon, anunció una asociación con la Indycar (la F1 estadounidense) para transmitir las carreras de esta categoría por sus redes móviles con tecnologías multicast. Evidentemente, los deportes son un contenido ideal para el broadcasting ya que la gente los quiere ver en vivo, a diferencia de lo que ocurre con series y películas. Aquí, Netflix u otros OTT no les compiten.
Con estas noticias, se observa un evidente renacer del interés de operadores de telecomunicaciones por la TV. La vez anterior fue hacia fines de los 90, pero los resultados no estuvieron a la altura de las expectativas. ¿Será distinto esta vez? El escenario lo es.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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