Racionalidad dolorosa

Se esperaba algo así desde que Microsoft confirmó la adquisición de Nokia. A principios de esta semana comenzaron a circular rumores. Y finalmente, el jueves 17 se confirmó. Microsoft anunció un fuerte recorte de puestos de trabajo, 18.000 para más precisión. Pero no es una decisión que debiera llamar la atención, más allá de lo abultado del número.
De los 18.000 puestos, 12.500 corresponden a la ex Nokia. Casi el 70% de los recortes anunciados y 50% de los empleados de la otrora empresa finlandesa. Es claro entonces que el bisturí se clavó hondo en el negocio de los terminales. Una movida que impacta en varios rubros. Una cosa que queda en claro es que Microsoft se enfocará en la plataforma Windows Phone. Así, pasan a degüello otros negocios que podrían ser relevantes para Nokia pero no lo son para Microsoft: la línea X (basada en Android), los Asha y los feature phones. Aquí se ve la diferencia de foco entre Nokia y Microsoft. El negocio de Nokia era el hardware, por lo que hacía todas las gamas de productos que podían ser vendibles. El negocio de Microsoft es el software, hoy devenido en servicio. De tal forma, no tiene mucho sentido seguir alimentando otras plataformas que no sean Windows. Su negocio no es el hardware per se.
Este recorte también alcanzará a los empleados afectados a la manufactura, lo que permite prever una mayor tercerización de ésta. Algunos ya manifestaron su inquietud por que esta movida implique una degradación en la calidad de manufactura característica de Nokia. Esto no necesariamente ocurra con la tercerización. Pero si así sucediese, no sería tan grave. Marcas con menor calidad de manufactura han estado vendiendo mucho más. Una mayor calidad trae mayores costos pero no necesariamente más ventas. No hay que ofrecer más que lo que el mercado aprecia, sobre todo si es a costa de costos más altos.
Por supuesto, este recorte también afectará a áreas que se superponen, como puede ser marketing, administración y otras. Algo muy habitual cuando una empresa absorbe a otra. Y es normal que puesto a elegir, se opte por quien ya es parte de la cultura reinante.
Pero atención, que más allá de los ex Nokia, también hay 5.500 puestos que corresponden a empleados de la Microsoft original. Una cifra muy cercana a los 5.800 que perdieron su trabajo en los recortes del 2009, en lo más profundo de la recesión económica global. No es un dato menor e indica que algo tampoco está muy bien en el gigante de Redmond. Según trascendidos no oficiales, este recorte afectaría a áreas tradicionales de Microsoft, e implicarían una estructura más horizontal y que permita fomentar la innovación de abajo hacia arriba. Ya algunos comienzan a hablar de la pesada herencia de Ballmer.
En definitiva, los próximos meses serán de una gran reorganización dentro de esta Microsoft ampliada. Un proceso inevitable para una empresa que participa en segmentos de mercado muy dinámicos y competitivos que no puede permitirse el lujo de ser un pesado y nostálgico elefante. El cambio ya está en marcha.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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