Detrás de las cifras

Hay ciertas tendencias que, aunque previsibles, no dejan de impactar cuando se materializan en los números. Esto es lo que sucede luego de la publicación de los balances del segundo trimestre de los principales actores del negocio de las comunicaciones fijas (Cablevisión, Telecom y Telefónica). Allí puede observarse el retroceso de las líneas de telefonía fijas, así como la disparidad en el crecimiento de los accesos de banda ancha. Datos que deberían ser tenidos en cuenta por el regulador para ajustar sus políticas.
El servicio de telefonía fija da muestras más que evidentes de que ha entrado decididamente en un proceso de decadencia. Tomando como referencia los abonados a junio de 2015 y de 2016, Telecom perdió 2,2% de las líneas, mientras que Telefónica lo hizo en un 2,5%. Entre ambas empresas, casi 200.000 líneas menos en un año. Por supuesto, este desinterés por la telefonía fija no es llamativo. Se trata de un servicio que está siendo sustituido por la voz desde el celular, no sólo en forma nativa sino también con la popularización del uso de la funcionalidad de voz de Whatsapp, Facebook Messenger o Skype (que permiten hablar gratis vía WiFi) así como la sustitución que se da por la comunicación escrita vía el mismo Whatsapp, las redes sociales y el mail.
Por el lado de la banda ancha, a pesar de no registrar números negativos como en el caso de la telefonía, el panorama no es alentador. Tanto Telecom como Telefónica registraron en los últimos 12 meses un crecimiento inferior al 1%. Los accesos de banda ancha de Telecom avanzaron un 0,7% mientras que los de Telefónica lo hicieron un 0,4%. Los datos son más preocupantes aún si se los compara con la evolución de los accesos de banda ancha registrados por Cablevisión, actualmente el principal ISP del país, con más de 2 millones de abonados. Cablevisión registró en el último año un crecimiento del 9,3%, muy por encima de las telefónicas.

Las cifras de la banda ancha deberían ser vistas como un llamado de atención por parte del regulador, quien no debería mantenerse pasivo ante el estancamiento de dos de las tres principales redes de acceso a Internet del país. Es un lujo que Argentina no puede permitirse. En este sentido, sería bueno acelerar el proceso de reconversión de redes, ya que la postergación hasta 2018 (o 2019) para el inicio de una convergencia plena, no ayuda a generar un escenario de una mayor y necesaria competencia.

Acerca del autor

Enrique Carrier

Analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios, basado en Buenos Aires, Argentina

Por Enrique Carrier

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