La oferta de acceso a Internet fijo en Argentina muestra una marcada disparidad, con productos de fibra óptica de 300 Mbps o más conviviendo con conexiones inalámbricas de 1 Mbps que se caracterizan por ser más caras y, lógicamente, de menor calidad. Esto surge del informe “Oferta de Internet fija en Argentina” realizado por Carrier y Asociados
A pesar de que en términos de usuarios las tecnologías dominantes son la de cablemódem (cableras) y ADSL (telefónicas), desde la perspectiva de los productos de acceso ofrecidos, el 61% no llega a los 12 Mbps de velocidad. En esto influye que un 39% de los ISP utiliza tecnología inalámbrica, de menor capacidad que los productos cableados. El 62% de los productos inalámbricos ofrecidos son de velocidades que se ubican por debajo de los 6 Mbps, poco para las necesidades actuales.
La oferta de productos inalámbricos crece mientras más pequeña es la localidad, siendo lo más habitual en las localidades chicas (hasta 100 mil habitantes). Por su parte, el cablemódem tiene mayor oferta en las localidades medianas (entre 100 y 500 mil habitantes), al tiempo que lo propio sucede con el ADSL en las grandes (más de 500 mil habitantes).
Resulta destacable que la oferta de productos de acceso vía fibra óptica presenta una relación pareja, independientemente del tamaño de la localidad. Esto indica que la misma está siendo desplegada por ISP de todo tamaño. No obstante, y contrariamente a lo que podría pensarse a priori, la fibra óptica no necesariamente es sinónimo de gran capacidad, ya que un 37% de los productos de fibra ofrecen velocidades por debajo de los 20 Mbps. En esto influye también el costo de la conectividad mayorista, que en los casos de las localidades más pequeñas, donde hay menor competencia de oferta mayorista resultando en precios son más altos que en los grandes centros urbanos, hace económicamente inviable ofrecer grandes anchos de banda.
Más allá del impacto positivo de la red de Arsat para bajar los costos mayoristas en localidades poco atendidas, con la competencia concentrándose en grandes centros urbanos por los próximos años, la situación difícilmente cambie sustancialmente en el mediano plazo.